Labor atenta de hilo solo de Esperanza Ortega

Labor atenta de hilo solo
-sigues tejiendo tu tapiz indócil-

ese que no se ve
ni engaña su hermosura
a los reyes sedientos

una puntada aquí
en el quicio oscilante
donde ayer escondías los más frescos racimos

¿qué será de tus manos
que palpan los tesoros
en los pliegues?

-acaba ya
esta labor de sombras-

reconoce
vencida
que únicamente ofreces hilo solo

y que tu desnudez ha naufragado
sobre un océano
sin límite

pero esta voz
-¿de dónde?-
vuelve cada mañana
con su rama de olivo