El poema de esta tarde es un sordo rumor que trepa
en las esquinas de esta mujer alerta
bajo el árbol frondoso de los cables
las lámparas de mercurio
las sirenas de los fuegos
¿De dónde vendría
el ánimo como un potro
a echarse a mis pies
vuelto un perro de mirada seria?
¿O el águila afilada que resplandece
en el costado de esa máquina que brama y salpica las buenas conciencias?
Es como lanzar un zapato a la otra orilla
apoyado en un pie
descalzo sin camisa
Al evocar el rumor de la ciudad que celebra la nueva noche
agarrada a las raíces echadas en silencio
vive mi pasión en el centro de una rosa
Y escribo un poema secreto
donde evoco su aparición
y canto mi fortuna