El fiero deslizar de la penumbra
acentúa los rasgos invernales
de los besos que nunca sucedieron.
¿Dónde van esos besos que son agua
marchita por el ulular del ángel?
¿Dónde rezan los árboles hundidos?
Si se apaga el poder de la memoria
a los pies del cordero devastado
¿dónde sollozarán las madreselvas?
Recuerdos de la soledad, la angustia,
en un último valle de tinieblas
escindidas del paso de las horas.
Catalejos insomnes las estudian
con una servilleta en el espejo.
Ansían conquistar la madrugada.