I
Las tardes no son precisamente
mi punto de partida
Pierdo claudico
Voy a ponerlas de rodillas
que pisoteen el ramaje sobre el fuego
espanten la traición del teléfono
y el cuervo que habita mis ojos
Las dejaré de espaldas un domingo
inútiles inciertas
En las tardes cae la flecha
me des-nombro
sé que más de la mitad se vuelve eco
El ave anuncia su último tramo
¿Qué hacer con este cuerpo que les pertenece
con esta costumbre de apenas un bosquejo?