Ligera vengas o ligera marches:
Aunque tu corazón te augure pena,
Valles y muchos soles consumidos,
Oréade, deja que tu risa brote
Hasta que el atrevido aire alpino
Rice todo tu pelo flameante.
Ligera, ligera… Siempre así:
Las nubes que ciñen los valles profundos
A la hora del lucero vespertino
Son los siervos más sumisos:
Amor y risas la canción confiesa
Cuando está el corazón más abatido.
Versión de José Antonio Álvarez Amorós