Llega un día de Ángeles Mastretta

Llega un día
en que el cuerpo, si duele, es evidencia.
Se pone a Dios en la mitad del aire.
A cada rato un gracias
cada mañana como inaugural.

Todo es lámpara y agua
árbol, manzana y flor
y mil rostros sonríen por debajo del rostro.

A eso se le llama
ocupar el lugar que corresponde
estar presente cuando se pasa lista
(o como dicen los argentinos:
echar pa\’lante.)