NADIE sabrá
de las piedras
ni del agua
con que el odio
construye
su cuerpo
MUCHO ANTES
de que el deseo
ahogase
su vientre
en la rabia,
él
ya volvía
de la muerte.
NADIE sabrá
de las piedras
ni del agua
con que el odio
construye
su cuerpo
MUCHO ANTES
de que el deseo
ahogase
su vientre
en la rabia,
él
ya volvía
de la muerte.
SIEMPRE que él la toca,
ella
se hace unos cortes
en la frente.
El rojo de la sangre
se vuelve tierra,
tierra mojada
y fría,
en sus ojos oscuros.
LA SANGRE
le oculta las lágrimas
que no han caído,
que no caerán.
EL DOLOR,
como el deseo,
es una estatua
de polvo.
ABRO la boca,
y te golpeo.
Abro la boca,
y me pides
el aire
de un grito.
Mi VOZ
es el sueño
de la muerte,
la escritura
sobre un cuenco
de sangre.
29 de marzo
Qué tristeza
el gris vencido
de tus ojos,
cuando callas
la ironía del fuego.
Sólo entonces
soy culpable del aire.
Sucede
cuando te miro.
Todo queda lejos
y abandonado
a la hondura sin límites
de lo intransferible.