A todos los que al mirar
véis algo,
os saludo.
A todos los que al nacer
lleváis yerba buena en la boca
os saludo.
Y a los que os dejásteis
la hiel
en la tórtola,
la carne
en la garra del buitre,
el musgo
en el hueco del árbol,
y la moneda
en el bolsillo ajeno
os saludo.
Poemas de Marina Romero
¡Cómo mengua mi propia arquitectura
saber que no te tengo contenido,
y sentir el querer disminuido,
disminuyendo mi inicial postura!
Yo quisiera vivirme en piedra dura
gigante de mi mal, en el olvido,
aunque llorara con dolor crecido
en oculto raudal, mi desventura,
que vale más querer y haber perdido
y poder reclamar como alimento
el parco grano del tronchado trigo,
que pasar la vida sin amigo
levantando murallas contra el viento
en un alarde de valor fingido.
La vida es así.
Tú y yo.
Pero
por muy corta
que sea la distancia
de tu corazón
al mío,
tú no puedes sentir
mi sed,
mi doler,
mi hambre;
no puedes
reír mi risa
ni llorar
mis lágrimas
(Hay sociedades benéficas,
almas caritativas,
generosos filántropos
)
En la arena cálida
de las playas,
y a dos pasos
tan sólo
del agua
boca arriba
mirando al cielo,
está vacío
y seco,
el caparazón de la tortuga.