El tipo dijo
con palabras elogiosas
que en el fondo
le agradezco:
«… he aquí el milagro
de una lírica
que se construye
en el vacío…»;
y miré los muros
de esta casa
que no es mía
y no hallé cosa
en que poner los ojos
que me ayudara
a pagar el alquiler.
Y tuve que darle
la razón.