Mis primeros zapatos
eran desnudos
de niebla y estrellas
cosidos con agua de río.
NACÍ DESCALZA.
Descalza y húmeda
por si me olvidaba
de la huella.
Demasiado pronto
encerraron mis pies
y empecé a olvidar
el olor de la tierra.
Pero nací descalza
de alma sin zapatos
de zapatos sin correas
de correas sin nudo
desnuda.
Descalza y desnuda
para recordar
la huella.