Oración a una mujer de Ángel Cruchaga

En tus ojos dormidos
hay un sollozo del antiguo mundo,
ciudades viejas y rosales místicos.
¡Todos los siglos dentro de un crepúsculo!

Cuando mire tus ojos
serán las puertas de la epifanía.
He de sentir que Dios me besa el rostro.
¡Mi corazón se alegrará en sus ruinas!

Qué mano melancólica
sostiene la fatiga de mi cuerpo?
¿Acaso serás tú la única honra
en esta muerte aromada de cielo?

Yo quería dormirme
en mi tristeza de ala suspirante.
Mirando tu belleza soy más triste.
Tú perfumas los puntos cardinales.

¿Traes la paz sobre tus manos quietas?
¿De qué rincón del mundo
vienes con vestidura de azucenas?
¿Por qué antes de nacer yo no fui tuyo?