Para Susana Reisz
…es un querer saber todo lo tuyo
X. Villaurrutia
Lo más que acertarán,
después de haber sabido de este amor,
será que hubo dos nombres que se amaban
mordisco y dentellada, nieve y niebla floridas,
dos cuerpos belicosos en constante batalla por ser uno,
tu pupila cazando mi cadera,
asaetando con su flecha de líquen
el torso acorazado de mi gozo;
otros envidiarán la urna de tu noche,
el rosetón de tu mirada en fuego,
tus medidas, el filo de tus uñas,
la lenta madrugada de tu fusta;
los menos tratarán, gozosamente,
de dormir nuestra siesta anárquica y salvaje,
copiar nuestras posturas, nuestros ritos y acentos,
usar nuestros juguetes, oler la primavera de tu ingle
y entrar en el recinto amurallado
después de resolver los códigos sagrados de tu sangre.
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