Tres dioses hay en uno soberano
del romanismo en los celestes lares;
dioses hay del salvaje en los aduares,
y en el Nimbos también, del bonzo ufano.
En el absurdo Olimpo del pagano
los dioses se registran a millares;
dioses hay de Vischnú en los altares,
y de Mahoma en el Edén liviano.
Con tanto dios y tanto paraíso,
brota la horrible duda que atormenta,
pero la duda cesa de improviso:
he aquí la solución que se presenta:
Dios hizo al hombre; pero el hombre quiso,
haciendo dioses, liquidar la cuenta.