Puntual como la lluvia es el silencio
con que tus ojos observan mis recuerdos.
Nada puedo decir, nada es ya mío
de las antiguas costumbres que los días
dilapidaron sin ti en algún pasado.
Eres el tiempo del trigo y la vendimia,
eres el verde y el oro del verano.
Ya a mis sentidos los tuyos encadenan;
beben mis labios las gotas de esta lluvia
que extiende dulcemente tu memoria
en las oscuras horas que no te conocieron.