Que no se busquen las causas de mi muerte
nadie es culpable, ni siquiera yo
Dejo la vida sin ningún pesar
Solicito ser enterrado con sobriedad
y, a ser posible, incinerado
Ni flores, ni coronas
Carta dejada sobre la mesa antes del segundo intento de suicidio (II)
Texto escrito durante el segundo intento (II)
Versión de Eugenio Castro