¿Cómo quieres que cese la querella
que hace hoy de ti un sueño preterido,
si a mi voz el rencor sella tu oído,
y el orgullo a tu voz el labio sella?
Alárgame tu amor, y hasta la estrella
subiré de tu alma, en un olvido
de todo lo gozado y lo sufrido;
hazte más mía y devendrás más bella.
Será otra vez tu juventud el sueño
de ayer y siempre; y en el dulce empeño
de ser yo tuyo para tú ser mía,
matará nuestro amor su desengaño.
Para borrar las lágrimas de un año,
basta el glorioso sonreír de un día.