Por el polvoso camino
va la carreta chirriando…
y, en la cimera de un pino,
¡un pájaro está rimando
el Madrigal de su trino…!
………………….
-¡Carretero! ¡Carretero,
que vas alegre cantando
por el polvoso camino!
¡Preciso es ir más ligero
que tu ausencia está penando
la chica de tu vecino…!
Poemas de Rubén C. Navarro
Cuando estaba solo… solo en mi cabaña,
que construí a la vera de la audaz montaña,
cuya cumbre, ha siglos engendró el anhelo
de romper las nubes… y tocar el cielo;
cuando sollozaba con el desconsuelo
de que mi Pastora – más que nunca huraña-
de mi Amor al grito nada respondía;
cuando muy enfermo de melancolía,
una voz interna siempre me decía
que me moriría
si su almita blanca para mí no fuera,
¡le rezaba al Cristo de mi cabecera,
porque me quisiera…!
Oh, señor, nada inquiero!…
me resigno y espero,
sin temer que se apague mi estrellita de Fe…
Sabes bien que mi vida de cansancio se agota,
que mi sueño está trunco, que mi dicha está rota,
y jamas de mis labios ha salido un ‘por qué?…
Ni discuto tus leyes invariables, ni anhelo
desertar de la tierra y en el ansia de un vuelo
traspasar los arcanos y llegar a tu Edén;
pero, a solas me digo, meditando en mi suerte:
¡Debe ser muy callada la mansión de la muerte,
y en el seno del justo, debe estarse tan bien!…’
Silenciosamente,
voy por la pendiente,
voy por la pendiente de la Eternidad…
Ni cariños traje, ni cariños llevo,
y en mi senda larga, si aprendí algo nuevo,
fue, sin duda alguna, la simplicidad…
Dolorosamente
voy por la pendiente,
con el fardo a cuestas de mi ensoñación,
sin hallar ninguna mariposa errante
que su sed mitigue con la miel fragante
de la rosa abierta de mi corazón.
Perdí tu amor y tu belleza,
pasó el encanto juvenil,
¡y me quedé con mi tristeza
en esta Torre de Marfil…
Guardan el puente dos leones
desde su altivo pedestal
y la portada seis dragones
y una serpiente colosal…
Con la templanza de los viejos
monjes ascetas, vivo lejos
de lo mundano y de lo vil,
sin más insignia de nobleza,
que mi bandera de Tristeza,
sobre mi Torre de Marfil…