Con mi ensueño de brumas, con tu claro rubí,
¡oh tarde!, estoy en ti y estás en mí,
por milagrosa e íntima fusión…
Antes del gran silencio de las estrellas, di:
¿de qué divina mente formamos la ilusión?
¡Por mi ensueño de brumas, por tu claro rubí,
¡oh tarde muda y bella!, gime mi corazón.