Si todo nace, crece y envejece
y todo muere al completar su día
y el mismo fuego acaba en agonía
y la pasión en la frialdad perece.
Si nada en esta vida permanece
y nada escapa de su cesantía
si la palabra misma desafía
en vano el tiempo donde desaparece.
En tus ojos no ha muerto el desapego
de la primera cita iluminada
por una hoguera de incesante fuego.
De allí que a la tiniebla y a la nada
para su burla y su desasosiego
siendo de un sueño basta una mirada.