Apagado y rescoldo aroma
del profuso jazmín del corredor;
siesta cálida
en que es pálida
la emanación de la flor.
Llave del agua que tintinea
su gota pertinaz;
grifo de cobre, donde
a beber la gota de agua
disfrazada de monjita
se aproxima la torcaz.
Siestas dogmáticas de canónigo en el coro;
oro agresivo de calientes siestas…
Y estas quietudes de los canarios en la pajarera
bajo la red de alambre;
y esta hambre espiritual;
y esta íntima divagación;
y la ronca intromisión
del reloj familiar que se propasa,
cuando enturbia el silencio de la casa
tañendo su bordón de catedral…