Para volver a ser los que éramos
dos máscaras dos monos
los bordes de una espada la cabeza del alfiler
Te mudé la piel
por unos siglos
te cambié la lengua
Después de la cacofonía
un día por fin te oí hablar de amor
y toser a mi lado como una perra
y hasta llegaste a pensar que yo era un buen tipo
Tardó el final
Pensé
dos semanas, seis meses, un año
ya se cansará
ya nos aburriremos
ya me pescará en la movida
la pescaré con otro
sentiré en su nariz el olor de sus axilas y será el final
O se enamorará de una mujer
irá con ella a la cama
intentará otorgarme un papel
me humillará en la ducha
Pero nada
Nada consiguió separarnos
sólo el albur
El resto tuvimos que fingirlo
El escenario una cama
donde actuabas
vaciabas el bolso atiborrado de tonteras
cosas de putas
Y nos hacíamos llorar de la risa que nos daba
el otro mundo
el que estaba afuera del desorden colosal sobre las sábanas
Te cambié por unas horas
unos días
Te besé el divino gancho
Trituré la punta de tus senos
Dejaste acariciar tus pies
tan feos
(y corté tu cuerpo en tres pedazos
y tiré tu cabeza como la de un hombrecito)
La verdad es que al final
deseaba que te largaras
‘Vuelve a ese inmundo país de caudillos y malhechores
velve a tu remota casa’, vociferaba ante tu puerta
Te arranqué de tus amantes
Te pedí fidelidad explicaciones como un cualquiera
y frente a todos te senté a mi lado con una corona de ortigas
Tantas veces te mentí
y tú
caíste
una y otra vez
Fue en invierno
el musgo pintaba el patio
un mapa en relieve desolado por un tornado
Las flores blancas se deshacían bajo los
chaparrones
tu habitación criaba hongos
No me esperes
Hay algo indecente que nos sobrevive