Voy a vivir contigo y contra ti.
Roma en llamas, la casa de los dos
tiene un cuarto vacío. Nuestro Dios
ha partido. Todo cuanto le di
me comenzó a pesar: mi baladí
fervor de adolescente. Grité: Nos
reclama cada ser; o: Todos los
Hombres son nuestros hermanos. ¡Mentí!
Ahora sé que renegué del cielo
por nada. Inane César, porto el duelo
de un mundo sin amor ni paz ni fe.
Eres cuanto me queda: la postrera
mirada fiel. ¡El terror persevera,
Cara! Cuando me abraces, te veré.