Viento Rojo de Carlos Castro Saavedra

Yo descubrí tu boca, yo te puse
en la boca mis uvas torrenciales,
y con los pasos de mis animales
una marcha enlutada te compuse.

El color que más amo y más te luce
es el ebrio color de los parrales,
porque desencadena mis metales
y a tus grietas profundas me conduce.

De catafalcos y leopardos míos
están llenos tus bosques y tus ríos,
leñadora, desnuda, navegable.

Sobre tu cuerpo pálido me inclino
y oigo correr tu sangre, como vino,
en medio de la noche interminable.