Villa Malcontenta de Nadia Consolani

Verano 1985

Sola y bella entre el oro de la seda y los frescos descoloridos,
lenta te veo bajar escaleras solemnes,
las piedras altaneras, las mescolanzas de esta arquitectura
insatisfecha y pretenciosa.

El parque, el río, los sauces,
junto a ti todo y descontento aun hoy

y todavía circulan sin
reposo tus suspiros, tu tedio.

Malcontenta de amor,
¿te defraudaba siempre?
¿Quizá de esclavitud, de injusticia e intrigas?
Quién se ocupó de saberlo.

Fastidio de los rojos de Tiziano,
te dolía el poniente.

Todavía lucha en Brenta por llevarse ese descontento
y compadecen las estrellas vénetas
este lugar todas las noches.

Pero al menos fuiste capaz de dejarle tu huella.