Waverly Place 1 de José María Fonollosa

Tu cuerpo que deseo y que rechazo
mi voluntad domina. Como el vino
mi mente turba, excita y reconforta.

Después, saciado, siento oscuramente
vergüenza del placer así logrado.

Mas al cabo de un tiempo, tu apetencia
resurge en mí acuciante y desespero
y te busco si no te hallo cercana.

No eres joven ni hermosa, sin embargo.
Pero he de conseguirte nuevamente.

A ti, aunque se me ofrezcan las más bellas.
Y no me importa entonces el orgullo,
vileza, sumisión o servilismo.

Embriagarme en tu cuerpo es lo que importa.
Mi voluntad domina. Como el vino

que la garganta exige, imprescindible,
necesito obtener, poseer tu cuerpo:
esta dosis que viaja hacia mí mismo.