Arrebatada por la loca rueda
de la fortuna caprichosa y vana,
que sólo a los mediocres favorece,
en angustia y dolor mi vida pasa.
Y en el jardín de las terrenas cosas
mi alma como un capullo está cerrada,
y como el tulipán de hojas de seda,
en bautismo de sangre se consagra.