Límite de jazmín y nieve intacta,
aurora boreal, país de nardo,
témpano de azucenas, rosa exacta,
vellón de azúcar, cristalino dardo…
Velamen de la nube fugitiva
y fuga de relámpago y de espuma,
en el aire de luna pensativa,
muerta de plata en ataúd de bruma.
¿Muerta? No. Viva y en perenne llama
de cisne, en puro arranque de gaviota,
en impecable estrella de diamante.
Magnolia tu cintura que se inflama
y diamela tus senos de que brota
en vía láctea el don santificante.