Si quieres encontrarme no me sigas
en mi desamparado movimiento,
guárdate de la flor de mis fatigas
y del dictamen de mi desaliento.
Mis pájaros de sueño no persigas,
huye el que es en mí vencido intento,
mi destrozado símbolo de espigas,
mi desolado sollozar de viento.
Me encontrarás en el ciprés dormido,
en la porosa tierra desgajada,
en el agua, en la nube y en el humo.
¿Pero por qué me buscas sin sentido
fuera de ti, si en tu extensión amada
río de fuego y llanto me consumo?