Me trajeron de Roma una caja vacía.
Para que encierres milagros, me dijeron, camaleones
quizás te ayuden a cambiar
porque deben ustedes saber que siempre he sido cruel
y desertor y anodino.
Pesaba.
La cerradura era de sangre. Las esquinas reforzadas de perfecto
metal.
Poemas de Carlos López Degregori
Llámenosla novia o nieve cuando falte al hotel: detengan en la cama las sábanas su curso, tiemble la lámpara, salte de rasguños la cortina.
Que en la calle arda un perro.
Que todas las esquinas y las luces escuálidas den a un taxi escarnecido Que el taxi viaje leguas, plazas, mentidos horizontes y llegue al fin t una estación donde aguarde solo un tren escarnecido.
Mañana se cumplirá otro año y no la encontrarás.
No acudirá puntual a esta plaza-de-lima vestida
de astillas multicolores y de trapos.
Preguntarás por ella inútilmente. Nada sabrán
los niños, los vendedores de plomo estrellas
amuletos, los mendigos, el mono
y el palo verde de la suerte del organillero.
El horno
porque allí guardan los zapatos de mi padre.
La cama
porque hay duendes debajo
y han cavado una mina
sólo para extraer respiración.
Con el sol hallaba sus restos, sus guijarros
y aprendí que el placer
y la arena son metáforas.
Y por qué se llamaría así este poema
Se llamará porque hay una manzana
Y por una sola vez el cuarto se abrió
Coincidiendo el cuerpo con la fruta
Manzana próxima
excitada
Irrumpiendo como un destino
0 un tatuaje
Fruto con fruto hasta tres
Mientras perdía atónito una de mis manos
No creas ciencia
amor
No hay lecho más cruento ni real
Sabiduría que ahora devoramos
Qué puede en el límite uno conceder
Nada
Tres manzanas
Y un poema un muñón de nuevo una manzana
He debido esperar muchos años para que al fin
me recibieras.
Probé todos los filtros. Me hice de cajas de cuerda,
flores, talismanes
que dejaba en tu casa sin que lo notaras.
Recuérdame corriendo el picaporte.
Oculto entre los árboles enanos y rojos
que dan vueltas al jardín
o en el clavo que sostiene una fotografía
sin rastros de sonrisa.