Como eras la antítesis
de lo que yo creía
hasta entonces ser cierto,
mi habilidad de ver cosas,
cristales , tránsitos,
no caminaba en firme destina,
ni sabía, que tu tejías las zonas
de todos los minutos
fijando nuestro encuentro.
Sin gestos ni palabras
me acercabas al acto
de tu levitaciones;
partículas de ti
inundaban mi espectro:
sombras , memorias, nombres,
planearon tus audaces
asaltos a mi frente
plagando mis espacios
a probables futuros
de atravesar contigo
las antiguas regiones
de la forma y el tacto;
anticipando el eco
de todas mis palabras,
las que sólo se pueden
decir en tu presencia.