¡EL número de la suerte…!
¡El mil setecientos cinco.. .!
¡ Quén quita y que se la saque,
merque siquera un cachito…!
¡ Fíjese en que suma trece
y es un número chulísimo…!
No sia’sté ansina, mi jefe,
yo sé bien lo que le digo… ¡
lo qu’es hoy le toca el premio
al mil setecientos cinco.. .!
Por su mamacita santa,
no sia’sté malo conmigo,
qu’en toditita la nochi
no he vendido ni un cachito
y manque ya son las doce,
no me he ganado ni quinto..
En l’ínter mi mamacita
está muy mala dialtiro,
y han d’estar chillando di hambre
mis otros cinco hermanitos,
pos yo, qui ora ando en diez años,
soy la mayor de los cinco…
No sia’sté malo, mi jefe,
y mérquemi usté un cachito..
¡Quién quita y que se la saque
el mil setecientos cinco!
Dende que, va pa cuatro años
que quedamos guerfanitos,
porque a mi güen siñor padre
nos lo mataron dialtiro
a la mala en un bodorrio
por culpa di un mal amigo,
dende’ntonces mesmamente
por Dios que no hemos sabido
lo qu’es pasar una nochi
sin qui haiga hambre o haiga frío…
Conque. . . ándeli usté, mi jefe,
juegue siquera un cachito…
¡ Verá como se la saca
el mil sestecientos cinco
No, patrón, yo no sé ler,
porque en jamás he podido ir a l’escuela…
Primero por cuidar mis hermanitos;
dimpués porque mi mamá quedó tullida
dialtiro de tanto andarse tallando
en eso de fregar pisos,
y ora… pos porqui hay qui andar
muncho pa ganarsi un quinto
y que no se muera di hambre
ni ella ni mis hermanitos…
Con qui ándeli usté patrón…
Le voy a dar un cachito…
¿Qué cosa dice, mi jefe…?
¿Qué no merca’sté un cachito…?
¿Qué lo quere todo intero?
¡Qué gueno es usté conmigo…!
Ansina, con estos jierros,
tendrán pan mis hermanitos,
mi mamacita su leche y yo…
¡ pos munchos cariños!
¡ Patrón, munchi’simas gracias!
¡ Munchas gracias, jefecito…!
¡ Dios quera que se la saque
el mil setecientos cinco…!