A salvo en sus Cámaras de Alabastro

A salvo en sus Cámaras de Alabastro –
Insensibles al amanecer
Y al mediodía –
Duermen los mansos miembros de la Resurrección –
Viga de raso,
Y Techo de piedra.

Final 1.
La luz se ríe de la brisa
En su Castillo sobre ellos –
Murmura la Abeja en un oído imperturbable,
Trinan los dulces Pájaros en cadencia ignorada –
Ah, ¡Cuánta sagacidad aquí perecida¡

Final 2.

 » Leer Mas…

Certidumbre

Yo jamás he visto un yermo
y el mar nunca llegué a ver
pero he visto los ojos de los brezos
y sé lo que las olas deben ser.

Con Dios jamás he hablado
ni lo visité en el Cielo,
pero segura estoy de a dónde viajo
cual si me hubieran dado el derrotero.

 » Leer Mas…

Coloquio

Había muerto yo por la Belleza;
me cercaban silencio y soledad,
cuando dejaron cerca de mi huesa
a alguno que murió por la Verdad.

En el suave coloquio que entablamos,
vecinos en la lúgubre heredad,
me dijo y comprendí: Somos hermanos
una son la Belleza y la Verdad.

 » Leer Mas…

Cuando cuento las semillas

Cuando cuento las semillas
sembradas allá abajo
para florecer así, lado a lado;

cuando examino a la gente
que tan bajo yace
para llegar tan alto;

cuando creo que el jardín
que no verán los mortales
siega el azar sus capullos
y sortea a esta abeja,
puedo prescindir del verano, sin queja.

 » Leer Mas…

Él era débil y yo era fuerte

Él era débil y yo era fuerte,
después él dejó que yo le hiciera pasar
y entonces yo era débil y él era fuerte,
y dejé que él me guiara a casa.

No era lejos, la puerta estaba cerca,
tampoco estaba oscuro, él avanzaba a mi lado,
no había ruido, él no dijo nada,
y eso era lo que yo más deseaba saber.

 » Leer Mas…

Embriaguez

En jarros tallados en nácar
apuro un licor ignorado…
Tal vez ni del Rhin en las cavas
pudiera mi sed encontrarlo.

Con una embriaguez de rocío,
borracha de incógnitos hálitos,
tabernas de azul diluido
recorro en perpetuos veranos.

 » Leer Mas…

En mi flor me he escondido

En mi flor me he escondido
para que, si en el pecho me llevases,
sin sospecharlo tú también allí estuviera…
Y sabrán lo demás sólo los ángeles.

En mi flor me he escondido
para que, al deslizarme de tu vaso,
tú, sin saberlo, sientas
casi la soledad que te he dejado.

 » Leer Mas…

En mi jardín avanza un pájaro

En mi jardín avanza un pájaro
sobre una rueda con rayos –
de música persistente
como un molino vagabundo –

jamás se demora
sobre la rosa madura-
prueba sin posarse
elogia al partir,

cuando probó todos los sabores –
su cabriolé mágico
va a remolinear en lontananzas-
entonces me acerco a mi perro,

y los dos nos preguntamos
si nuestra visión fue real-
o si habríamos soñado el jardín
y esas curiosidades-

¡pero él, por ser más lógico,
señala a mis torpes ojos-
las vibrantes flores!

 » Leer Mas…

Ensueño

Para fugarnos de la tierra
un libro es el mejor bajel;
y se viaja mejor en el poema
que en el más brioso y rápido corcel

Aun el más pobre puede hacerlo,
nada por ello ha de pagar:
el alma en el transporte de su sueño
se nutre sólo de silencio y paz.

 » Leer Mas…

La sortija

En mi dedo tenía una sortija.
La brisa entre los árboles erraba.
El día estaba azul, cálido y bello.
Y me dormí sobre la yerba fina.

Al despertar miré sobresaltada
mi mano pura entre la tarde clara.
La sortija entre mi dedo ya no estaba.

 » Leer Mas…

Mi vida se había parado- un Arma Cargada

Mi vida se había parado- un Arma Cargada-
en los Rincones- hasta que un día
el Dueño pasó- me identificó-
y me llevó lejos-

Y ahora vagamos por Bosques Soberanos –
y ahora cazamos a la Cierva-
y cada vez que hablo por él-
las Montañas contestan diligentes-

Y sonrío, tal luz cordial
sobre el resplandor del valle-
es como si una cara Vesuviana
hubiera dejado su voluntad a su paso-

Y cuando en la noche- acabado nuestro buen día –
guardo la cabeza de mi amo-
Es mejor que haber compartido
la profunda almohada de plumón-

De Su enemigo – soy enemigo mortal-
ninguno se agita por segunda vez-
en quién pongo un ojo amarillo-
o un pulgar enfático-

Aunque Yo así como él – podamos vivir largamente
él debe vivir más -que Yo-
porque yo tengo el poder de matar,
Sin -el poder de morir-

Versión de Miguel Artime

 » Leer Mas…

Morir no duele mucho

Morir no duele mucho:
nos duele más la vida.
Pero el morir es cosa diferente,
tras la puerta escondida:

la costumbre del sur, cuando los pájaros
antes que el hielo venga,
van a un clima mejor. Nosotros somos
pájaros que se quedan:

los temblorosos junto al umbral campesino,
que la migaja buscan,

brindada avaramente, hasta que ya la nieve
piadosa hacia el hogar nos empuja las plumas.

 » Leer Mas…

Podría estar más sola sin mi soledad

Podría estar más sola sin mi soledad,
tan habituada estoy a mi destino,
tal vez la otra paz,
podría interrumpir la oscuridad
y llenar el pequeño cuarto,
demasiado exiguo en su medida
para contener el sacramento de él,

no estoy habituada a la esperanza,
podría entrometerse en su dulce ostentación,
violar el lugar ordenado para el sufrimiento,

sería más fácil fallecer con la tierra a la vista,
que conquistar mi azul península,
perecer de deleite.

 » Leer Mas…

Poema 37

Corazón, le olvidaremos
en esta noche tú y yo.
Tú, el calor que te prestaba.
Yo, la luz que a mí me dio.

Cuando le hayas olvidado
dímelo, que he de borrar
aprisa mis pensamientos.
Y apresura tu labor
no sea que en tu tardanza
vuelva a recordarle yo.

 » Leer Mas…

Poema 63

(Time and Eternity»)

Haz amplia esta cama,
haz esta cama con prudencia;
espera en ella el postrer juicio,
sereno y excelente.

Que sea recto su colchón
y redonda sea su almohada,
que ningún rayo dorado de sol
llegue jamás, a perturbarla.

 » Leer Mas…

Poema 128

Dame el ocaso en una copa,
enumérame los frascos de la mañana
y dime cuánto hay de rocío,
dime cuán lejos la mañana salta-
dime a qué hora duerme el tejedor
que tejió el espacio azul.

Escríbeme cuántas notas habrá
en el nuevo éxtasis del tordo
entre asombradas ramas-
cuántos caminos recorre la tortuga-
cuántas copas la abeja comparte,
disoluta del rocío.

 » Leer Mas…

Poema 520

Me fui temprano -me llevé a mi perro-
a visitar el mar.
Las sirenas del sótano
salían a mirarme
y, en el piso de arriba, las fragatas
extendían manos de cáñamo,
creyéndome una rata
encallada en la arena.

 » Leer Mas…

Poema 739

Muchas veces pensé que la paz había llegado
cuando la paz estaba muy lejos-
como los náufragos- creen que ven la tierra-
en el centro del mar-

y luchan más débilmente -sólo para probar
tan deshauciadamente como yo-
cuántas ficticias costas-
antes del puerto hay-

Versión de Silvina Ocampo

 » Leer Mas…

Poema 783

Los pájaros empezaron a las cuatro-
el período del alba-
una música numerosa como el espacio-
pero aledaña al día-

no podía medir su fuerza-
sus voces se derrochaban
como arroyo al arroyo se entrega
para multiplicar el estanque.

 » Leer Mas…

Poema 815

El lujo de entender
el lujo sería
de mirarte una sola vez
y volverme un Epicuro

cualquiera de tus presencias sirve
de futuro alimento
apenas recuerdo haber muerto de hambre
tan bien surtida estaba –

el lujo de meditar
el lujo era
darme el festín de tu semblante
otorga suntuosidad

en días habituales, cuya lejana mesa
como la certidumbre recuerda
está puesta con una sola migaja
la conciencia de ti.

 » Leer Mas…

Presentimiento

Presentimiento es esa larga sombra
que poco a poco avanza sobre el césped
cuando el sol sus imperios abandona…

Presentimiento es el susurro tenue
que corre entre la hierba temerosa
para decirle que la noche viene.

Versión de Carlos López Narváez

 » Leer Mas…

Que yo siempre amé

Que yo siempre amé
yo te traigo la prueba
que hasta que amé
yo nunca viví -bastante-

que yo amaré siempre
te lo discutiré
que amor es vida
y vida inmortalidad

esto -si lo dudas- querido,
entonces yo no tengo
nada que mostrar
salvo el calvario

Versión de Silvina Ocampo

 » Leer Mas…

Sentí un funeral en mi cerebro

Sentí un funeral en mi cerebro,
los deudos iban y venían
arrastrándose -arrastrándose -hasta que pareció
que el sentido se quebraba totalmente –

y cuando todos estuvieron sentados,
una liturgia, como un tambor –
comenzó a batir -a batir -hasta que pensé
que mi mente se volvía muda –

y luego los oí levantar el cajón
y crujió a través de mi alma
con los mismos botines de plomo, de nuevo,
el espacio -comenzó a repicar,

como si todos los cielos fueran campanas
y existir, sólo una oreja,
y yo, y el silencio, alguna extraña raza
naufragada, solitaria, aquí –

y luego un vacío en la razón, se quebró,
caí, y caí –
y di con un mundo, en cada zambullida,
y terminé sabiendo -entonces –

Versión de Silvina Ocampo

 » Leer Mas…

Tan lejos de la piedad, como la queja

Tan lejos de la piedad, como la queja –
tan frío a la palabra -como la piedra –
inconmovible a la revelación
como si mi oficio fuera de hueso –
tan lejos del tiempo -como la historia –
tan cerca de uno mismo -hoy –
como niños, a las bufandas del arco iris –
a la puesta de sol a su juego amarillo
a los párpados en el sepulcro –
¡cuán mudo yace el danzarín –
cuando las revelaciones del color se rompen –
y resplandecen -las mariposas!

 » Leer Mas…