Cuando espiaba su gira vespertina,
sentí una facultad maravillosa
para hallar al través de cada cosa
un asomo de gracia femenina.
cuando sentí que su pisada fina
resonaba en la senda silenciosa,
tembló mi corazón como una rosa
cuando siente que el viento se avecina.
Cuando su vista se fijó en la mía
algo en mi frente se detuvo como
la luciérnaga azul de la alegría.
Cuando besé su cuello de gaviota
el universo parecióme un pomo
de esencia, y lo aspiré gota por gota.