En dos prisiones estó
que me atormentan aquí:
la una me tiene a mí,
y a la otra la tengo yo.
Y aunque de la una pueda,
que me tiene, libertarme,
de la otra que me queda
jamás espero soltarme.
En dos prisiones estó
que me atormentan aquí:
la una me tiene a mí,
y a la otra la tengo yo.
Y aunque de la una pueda,
que me tiene, libertarme,
de la otra que me queda
jamás espero soltarme.
Caminando en las honduras
de mis tristes pensamientos,
tanto anduve en mis tristuras,
que me hallé en los tormentos
de las tinieblas escuras;
vime entre los amadores
en el Infierno de amores
de quien escribe Guevara;
vime donde me quedara
si alguno con mis dolores
en ser penado igualara.
A guevar vi quexarse
tal que me puso en manzilla,
y en vivas llamas quemarse,
como quien hizo capilla
para en ella sepultarse;
y el secreto mal de amores,
de penas y disfavores
no podiendo más sofrir,
comienza luego a decir:
Livianos son los dolores
que el seso puede encobrir.