La barquera de Luciano Castañón

Dicen: La Barquera,

y ya se sabe,

es la solana del ocio;

marineros a la espera,

conjeturas, casi nada,

calafates que entretienen

a jubilados caducos

con la boina comiendo su mirada

porque el neto sol de Junio

resbala más allá.

La Barquera: barcas sobre las losas,

agua próxima y menestrales de la ciudad.

Allí están —cotidiano reloj, mañana y tarde—

los curtidos hombres elementales

gramaticando frases ya subversivas

ya claudicantes.

Vana esperanza;

las reivindicaciones

en La Barquera

sólo son inertes diálogos

que diariamente huyen

—en retahíla de vésperos—

tan anodinamente

como el sol primaveral.

En La Barquera

pintan las barcas;

el color verde

es de Esperanza.

—¿Qué esperáis, hombres

de La Barquera?

—Que el mar nos dé

lo que no da la tierra.