LA ESPERANZA de Antonio Plaza Llamas

Es una virgen. Su mirar de cielo
brilla en la noche como brilla el día;
al venturoso aumenta su alegría,
al desgraciado sirve de consuelo.

Va con el mártir a remoto suelo,
visita al preso en la mansión umbría,
acompaña al guerrero en lid bravía
y al náufrago infeliz tiende su vuelo.

A esa virgen que alumbra al desvalido,
con esa luz que hasta el sepulcro alcanza,
a esa virgen un tiempo amé rendido;

y aunque soñé con ella venturanza,
soy desgraciado, porque la he perdido.
¿Sabéis cómo se llama?… La Esperanza.