Si de mi juventud es hoy la fiesta,
la ofrendaré del alba hasta el ocaso,
apurando a placer vaso tras vaso
el viejo vino que a soñar apresta.
Si la halláis en sus heces escondida,
no maldigáis, amigos, su amargura,
porque fue su exquisita levadura
esencia de mi sangre y de mi vida.