No es el mar menor que esta ola
escapada del grupo en que venía,
tenía espuma, vuelo, asunto,
y se detuvo donde menos aprecio y duración
tendría.
¿A mis pies una ola?
¿Qué tengo yo que que mi amistad procura?
Ya ni siquiera olor la identifica,
ya sólo es humedad agónica en la playa
que no ocupa recuerdo ni esperanza.
Bajo la arena ha de volver despacio
a su origen de fiestas y de peces
mientras pasan las otras
a burlarse tranquilas de mis ojos atónitos
que no entienden al mar.