Nos nombra
y asistimos al escondite,
al inexistente elemento.
Nos piensa indiferente,
jugamos con su insinuación,
exorcizados.
Nos escucha,
nos pide el cuerpo,
nos devuelve nuestra sombra en mármol.
Ya somos las estatuas del aire.
Nos nombra
y asistimos al escondite,
al inexistente elemento.
Nos piensa indiferente,
jugamos con su insinuación,
exorcizados.
Nos escucha,
nos pide el cuerpo,
nos devuelve nuestra sombra en mármol.
Ya somos las estatuas del aire.