Elegía

Ahora tenés tiempo y tenés tiempo y recordame.
No me perdás en tu cabeza.
Tantas veces que juntaste fuego para mí,
para mis huesos.
Pero yo era leña verde.
Me quemaba con aquella comezón, con aquel chisperío.
Sólo para eso serví.

 » Leer Mas…

Relieves de memoria

En Bonampak la tierra tiene ingravidez de plumas
dibujadas por el sol;
la tarde pinta murales de cadmio anaranjado;
cenizas de volcanes extinguidos se levantan
y en el aire inventan dioses y batallas.
Porque después de todo el sueño es nuestra única heredad,
en Uaxactún me quedo a descifrar la piedra donde duermen
-más que números y fechas- estas huellas de gente que murió,
que amaba, que también cortaba flores y aleteaba
tras el anca del jaguar y las sonoras pisadas de la lluvia.

 » Leer Mas…

Sobreviviente

¡Ay de quien pudiendo hablar no emprende vuelo!
No tengo barco ni avión, no tengo nada más que mi palabra.
En vez de Victoria Alada llevo un ángel de Chinautla.
Navego-o sueño que navego-entre archipiélagos
y el mar es un pasaje estrecho entre las islas de palabras.

 » Leer Mas…

Verdadera Historia

Las desearon.
Se les irguió lo caballo.
Después de tanto navegar,
después de tanto andar
luchando,
batallando,
poniendo nombres,
decapitando ciudades,
templos, guerreros.

Al entrar en sus reinos,
al desflorar universos,
cómputos,
edades para siempre,
¡las desearon!

 » Leer Mas…