A este que admiramos en luciente,
Émulo del diamante, limpio acero,
Igual nos le dio España caballero
Que de la guerra Flandes rayo ardiente.
Laurel ceñido, pues, debidamente,
Las coyundas le fían del severo
Suave yugo, que al lombardo fiero
Le impidió sí, no le oprimió la frente.