LOS SANTOS

Quisiera saber, madre, de San Marcos y el león;
de San Roque y su perro, San Francisco y las aves;
San Huberto y el ciervo, San Jorge y el dragón;
de San Pedro y el gallo, con sus signos y claves.

De San Martín de Porres, que barriendo su alcoba
a las graciosas lauchas se prodigaba tierno
para que se durmieran tranquilas en la escoba,
de sí mismo olvidándose, aterido en invierno.

 » Leer Mas…

MAR DE VIDRIO

Dijiste: «Mar de vidrio», Señor, y es lo que quiero;
un mar que te refleje en toda tu grandeza,
por sobre el cual camines —tu lámpara, el lucero—
para ver, al trasluz, del mundo la tristeza.

Dijiste mar de vidrio, un cristal sin bisel
ni resquebrajaduras, sólo un único trozo,
en cuya superficie se reproduzca fiel
el que ríe feliz o el que ahoga un sollozo.

 » Leer Mas…

MI FÍSICO

No he sido nunca linda —tal vez quise ser alta—
y la piel de mis hombros se acentúa morena
(al decir esto, claro, una verdad resalta:
que tampoco mi espalda ha de ser de azucena).

No tuve grandes ojos, y ahora aún me falta
el gracioso caer de ondulada melena;
tampoco es mío el rosa que reanima y esmalta
las mejillas y labios, con tono de verbena.

 » Leer Mas…

MIEDO A LA VIDA

Tengo miedo, Señor, pero no de la noche,
tampoco de la sombra, menos de la tiniebla;
es miedo de la aurora —refulgente derroche—
como miedo del mundo, cuando el mundo se puebla.

Tengo miedo, Señor, no por valerme sola
ni por triste aislamiento o apartado retiro,
tengo miedo a la gente, a la imponente ola,
el vaivén de los seres en asfixiante giro.

 » Leer Mas…

MOMENTOS

No son años la vida, sólo rápidas horas,
ésas con sus momentos de placer o dolor,
cuando el alma es dichosa o acongojada lloras,
instantes de ternura o de cruel desamor.

Instantes en que a veces, trémula, rememoras
encuentros, despedidas, la ofrenda de una flor,
inasibles minutos de ayeres y de ahoras,
el beso de los hijos, las tristezas de amor.

 » Leer Mas…

NO LE DIGAS A CRISTO

No le digas a Cristo:
—He de ir, mas espera.
Me falta, todavía, algo que me he propuesto;
el mundo me reclama, complacerle quisiera.
Ten paciencia, he de ir. Un poco y ya me apresto.

No le digas a Cristo:
—He de ir, aunque espera
solamente a que acabe lo que tengo dispuesto;
me conoces devota y me sabes sincera.

 » Leer Mas…

NO LE HABLES DE LA MUERTE

No le hables de la muerte, háblale de las flores,
de la aurora dorada y el ocaso de fuego,
del azul del océano y el arco de colores,
de los ríos de plata y el astro sin sosiego.

Cuéntale del amante los dichosos amores,
del reír de los niños eternamente en juego,
del canto del poeta y de los trovadores,
del que con fe suplica y hace escuchar su ruego.

 » Leer Mas…

NO ME LLAMES POETA

No me llames poeta —un nombre con laurel—
porque mi voz apenas para cantar acierta;
acaso suavizada por amorosa miel,
tal vez unos acentos armoniosos concierta.

Puede sí que me escurra por el alto dintel
hacia regiones mágicas tras mi azulada puerta,
o que salve los mares en barco de papel
para poblar de trinos la comarca desierta.

 » Leer Mas…

PAZ INTERIOR

Detrás de mis paredes, feliz a mi manera,
extraigo del azul la esencia de mi verso
y escribo entre las nubes —¡añorante quimera!—,
con las letras del alma, un vocablo disperso.

Ignorando el tropel que redobla en la acera,
extraña a la vorágine que rige el universo,
no turba mi interior el bullicio de afuera
y así conmigo misma, escribiendo, converso.

 » Leer Mas…

PINTURAS DE DIOS

Para evitar que el hombre en el mundo se hastíe,
cada día el Señor, atento, lo celebra,
y a fin de que el paisaje se embellezca y varíe,
desparrama colores y arcos iris enhebra.

Que son de Dios pinturas —en las que Dios sonríe—:
las manchas del leopardo, las rayas de la cebra,
en el tigre bordados, por que en rey se atavíe,
y escamas de esmeralda dedica a la culebra.

 » Leer Mas…

PORQUE SI TÚ NO VELAS

Porque si tú no velas, vendré como ladrón;
he de llegar a ti sin que sepas la hora.
Estate alerta, pues; vigila cada acción,
y lo que has recibido y escuchado, memora.

Aunque nombre de vivo posees, estás muerto;
perfectas, ante Dios, no he encontrado tus obras.

 » Leer Mas…

PRIMER GRADO

Colegio del Estado. Primer Grado Inferior.
Niñitas y varones con delantales blancos.
Las niñas con su moño, en mariposa o flor.
Los niños, ya se sabe, desbordando los bancos.

La Señorita Elisa, al frente de la clase,
con su dulce mirada, redondas las mejillas:
—El que se porte mal, solía decir, que pase.

 » Leer Mas…

QUIÉN VOLVIESE A TENER

¡Quién volviese a tener, para que nos cubriera,
una madre —de noche, los párpados febriles—,
quién un rozar de labios en la frente sintiera
despejando el fantasma de temores pueriles!

¡Quién tuviese, otra vez, sobre la cabecera
un rostro de ternura —en pálidos marfiles—
y quién bajo una mano que al fin nos bendijera
sintiese disipar las penas infantiles!

 » Leer Mas…

QUIERO PINTAR LA LUNA

Madre, ¿puedo pintar la luna de escarlata?
¿O con vestido rosa, orlado de violeta?
¡Pues, noche a noche, sale insulsa y timorata,
sin nada de color que la avive, coqueta!

¿Por qué será la luna, siempre luna de plata,
camafeo de hielo, el pálido planeta,
la doncella de nieve a la que se retrata
en blanco, si pintor, o argento, si poeta?

 » Leer Mas…

RENACER

Estoy sola, Señor, y hay mucha gente en torno,
estoy triste —no obstante la riente algazara—
y mi imagen es débil, perdida, sin contorno,
bien que la luz del sol le dé sobre la cara.

Temerosa, Señor, del más humilde adorno
y de otras tantas cosas que el mundo nos depara,
pienso en la noche próxima del viaje sin retorno,
el instante postrero que a todos nos separa.

 » Leer Mas…

SAN GOAR

Preséntase San Goar y suspende la capa
en un rayo de sol, al suponerlo un «palo»,
pues que no advierte cómo desde un cristal escapa,
satisfecho, después de encontrar tal regalo.

Del haz de luz ?entonces? el atavío cuelga,
frente al mirar atónito de todo circunstante
que conviene en silencio, ya que la duda huelga
al ver aquel prodigio que tiene por delante.

 » Leer Mas…

SAN JUAN BAUTISTA

A bautizarse acuden las gentes al Jordán.
Preguntaban algunos: ?¿Y qué haremos nosotros?
?Quien tiene dos vestidos, respondíales Juan,
dé uno al que no tenga. Y preguntaban otros

(esta vez publicanos): ?Y nosotros ¿qué haremos?
?No exigir más, decíales, de lo que está ordenado.

 » Leer Mas…

TESTIMONIO

¿Y si Dios no existiese? ¿Si todo feneciera
con el postrer aliento de la fatal partida?
¿Sería razonable que la mujer pusiera
sus hijos en un mundo que a la muerte convida?

Si la existencia fuese fugaz, perecedera,
sufriendo siempre en vano, sin encontrar salida
ni alentar en el alma esperanzada espera:
a más hijos y muerte equivaldría la vida.

 » Leer Mas…

VEN, MADRE, A DESCANSAR

Ven, madre, a descansar de todos tus trabajos
hasta el jardín umbroso que cultivo en mis sueños,
a la luz de luciérnagas y áureos escarabajos
y la mágica ayuda de esos seres pequeños,

los gnomos, que se visten con trajes escarlata
y brotan cuando alumbran las primeras estrellas,
que usan zapatitos con hebillas de plata
sin dejar en el musgo la marca de sus huellas.

 » Leer Mas…

VÉRTIGO

¿Y esta melancolía? ¿Por qué tanto abandono
si no hay una razón —o por lo menos nueva—,
si no existen rencores ni nos muerde el encono?
¿De qué ese sentimiento que al ánimo subleva?

¿A qué causa atribuir tan ciego pesimismo?

 » Leer Mas…

VILANO

¡Panadero con pan! ¡Panadero sin pan!,
alborozados niños exclaman. ¡Y que vuelva!,
al tiempo que hacia el aire con infantil afán
resoplan el vilano para que se disuelva.

Otros, junto a la arcada entre patio y zaguán,
constreñida en follaje una fragante selva,
quebrando unos cabillos para deleite están:
han de beber en néctar la dulce madreselva.

 » Leer Mas…

YO ME PREGUNTO, MADRE

Yo me pregunto, madre: ¿no se gasta la pila
que la sutil luciérnaga para alumbrarse tiene?
¿Y tampoco concluye cuando la araña hila
el misterioso ovillo que encubierto mantiene?

¿En qué forma se ensartan anillos las orugas;
bolitas coloradas por ojos los conejos;
abrigos con recuadros se buscan las tortugas,
y en lerda marcha atrás se mueven los cangrejos?

 » Leer Mas…