Más allá de las naves de Guillermo Pilía

Domine, si tu es, iube me
venire ad te super aquas.
Mateo XIV, 28

Parecía cosa fácil
repetir el prodigio
en aquella noche signada
de gracia poderosa,
cosa fácil vencer
la lógica y las fuerzas
con que se rigen el mar y el turbión
que azotaba las naves.

Pero no era tiempo aún sobre las islas,
ni era acabado el misterioso aprendizaje.
Y ese sendero que en la noche
aquella no pudimos caminar,
ya no volveríamos
nunca a caminarlo, ya nunca el mar
su ruta nos ofrecería,
ni la tempestad sus turbiones.

Y sin embargo, ¿no fue en adelante
nuestra vida el reflejo
de esa infinita noche fabulosa?
¿No fue en adelante nuestro camino
endeble como el mar,
su lógica y sus fuerzas,
un arriesgarnos siempre
más allá de las naves?