Aleteando en el hilo de la sangre
sin resignarse un solo instante a lo eterno
inmerso en el deseo alarga el tiempo
la noche acuchillada por la sed
imán de flor estremecida al ansia
agarrado a su estrella sueña el alba
el dolor de la nada ahondada al beso
el sol blande en su llama
la pasión de los sueños
rueda, una gota de vinagre en tu sed
y en una luz fugaz hiere la vida
el mundo que se ahonda en tu interior
fugitiva de ensueños es tu voz en la nada
sella su honda herida luz de angustia
agoniza la luz sobre la faz de Cristo
subsuelo amado revuelto en la ternura
de tu sangre en el revés del río
fugitivo el fuego venga en tu voz
el instante que fluye de la huida
en el quebrado espejo de tu ser
balanza el equilibrio cuajado de horizontes
siendo del alba su puerto en el hueso de la luz
rueda por su sangre el mundo en la nada del no ser
tiende la sílaba a desnudar la muerte
ardiendo el corazón sobre la tierra
en tu rostro otro paisaje dibujaba el infinito
cede el alma al perfecto mar del sueño
donde beben los tiempos laberintos de sed
invalida el futuro el emblema del ser
gangrenado el planeta emigra en pus
llagas sangran miércoles de ceniza
posee el sentido el ser de su desgarro
sucumbe el pez a la daga del sueño
respira en otra luz su sensitiva escama
los ladrones del tiempo explican tu nostalgia
obsesión del espíritu ante la página
se vuelca el día en la selva de un hacha
derramado en la forma tu conciencia
luz de flor en la huida el sueño toca
el siglo que apuñala un cielo arriba.
Poemas de Miguel Antonio Jiménez
Una mirada que describe el mundo
donde el deseo es imagen y la memoria es vida
en la indetenible rueda del tiempo
y el tiempo regresa en la acción de la luz
percibiendo el rumor del universo en tus oídos
en un retorno eterno que renueva la vida
y conjuga el ser en su libro infinito
un mundo dentro de tu mundo
va cantando en la fuga que la arcilla moldea
y un símbolo de sueño imagina tu voz
abanico posible de existencia y creación
cifra regresiva del vital movimiento
en el maleable barro de los nueve círculos
donde la historia muestra su fórmula convulsa
allí diviso la montaña que dio nombre al océano
allí naufraga la aventura y se resuelve el mito
en un rumor nocturno donde se fija Dios
y el hombre vive su trunca eternidad
su travesía de edén y espacio nuevo
en la emoción de la tiniebla que anuncia toda luz
porque la pasión late lo mismo que una ola
en el rumor del viento
y tu canto es quimera de equilibrio en la sombra
donde la noche hace la invención de otro mundo
donde es tangible el sueño de atravesar al día
en su soplo divino.
Hoy la ciudad amaneció en mis manos
y arde de ayer su voz acuchillado
como un torrente íntimo
es una flor de sangre que gotea de su río
en lo oscuro quemado de aire y sueño
y su trampa de lodo es resumen de orilla
que recorta la sombra de mi día
y un vacío amarillo hiela el alma
curiosidad del viento de la espina
que se clava en la imagen de la sed
como un ángel de lluvia donde se exprime el verso
y sangra sueños y bosqueja difuntos
donde el instinto dobla el relincho del miedo
el tiempo poda poco a poco mi rostro
es un caballo sin fin en una labor agria
Hoy la ciudad amaneció en mis manos
y resbala en el tacto una fiebre convulsa
donde el hombre repite las consignas del humo
en la estéril palabra de las ruinas
y una luz nos dibuja en la erizada huella de la vida
en el ángel terrible de las calles.
Se abre en rueda mi mano y gira el pecho
la elevación del agua sus pezones
en el sonoro vínculo del ser
irse es retornar en el hilo del beso
danza el fuego la cera del deseo
gota amada de instantes capturados
talle el reloj de tu minuto carne
ondas de labios al pie rosas germinan
tacto violeta en el latido mudo de la piel
estirada hasta el punto crecido del orgasmo
fuga la noche el deseo y en sus límites
la llama del lenguaje funde cuerpos.
A.C.S.
Desnuda va la sangre en su llama
de río su luz traspasa el agua y el lenguaje
así de sueño estiràndose fino como un ala
subiendo en giro luz al aire forman
de viento simas ahondan la madrugada del viento
vino y mar fugan el fuego en su mirada
dios solar en el silencio tierra y agua
donde corre en la arena la demencia del uno
alma quemada en la llama del iris
astro de música en un tacto sin cuerpo
robada claridad su luz de sueño
diluye los colores en la escritura el fuego
semilla enamorada que germina
en la carta de muerte que giran sus vocales.
«Y navegué toda la noche desde Homero hasta Joseph Conrad»
Jorge Luis Borges
Otra vez esta vez
con lluvia en los cristales
con miradas y con nubes
cantando al interior de estas cosas que rompen
en la luz de la vida el sentir que las vence
y dejan de ser silla
y dejan de ser mesa
y agarran nuestra voz
y chillan con nosotros y escapan de su forma
como forma de unirse
a lo que escapa
y un silencio de agua
se va quemando en el aire
y hacen agua del verbo
y un barco de papel
tiembla de cosas
y en la corriente besan
el cristal que la lluvia
como cosa consciente
les brinda en la humedad
que habla su nombre.
Crece un árbol en mi voz
como un árbol tiembla su raíz
bebo el verdor del sueño de su música
de mis sienes brota limpio un tallo
la sangre es un fluir de tierra y fuente
la rosa que se hace densa tiene mi voz
desnudo el olvido lleva el deseo del mar
como un flor de sed que mueve el alma
tiemblan las hojas los sueños y mi voz
poseyéndome como honda corteza donde la vida escapa
un recuerdo de agua en una luz de carne
semejante al amor es un ala el olvido
en la tierra que sube de mi voz
nutrida con la savia en el hilo de un beso
y madura hacia dentro como un fruto
donde observa invisible la mirada
un latido de flor un sueño de hojas
como una sed nacida en tiempo roto.
A Frank Martínez
en la plenitud del grito.
Abatida hasta el polvo está mi alma
Salmos 119….25
Y agotado y rendido y casi muerto
abandonado en la sal de mi ser
tomo esta letra viva
tomo este verso así
como el hielo de vidrio que simula la sangre
cortando como el frío semejanzas del odio
como una queja lenta que hace metal la forma
y roto y tendido y abollado
en las rancias colinas del insomnio
como una sombra colgado de la noche
repito la plegaria que me conversa Dios
por la silueta fértil que hace piedad la llama
por la máquina misma que se queda en los sueños
y trabaja en detalles la posible quimera
en la agónica página que tala voluntades
como un gotero eterno que suspende su canto
para oír el delirio de un poeta que late
en esta orilla sorda
donde rueda mi grito
en un oscuro tiempo
en una llaga oída que la nada escudriña
en esta noche muerta que se clava en mi ánimo
como una repetida soledad de universo
cuando tú te derrumbas en el resto del tiempo.
Si pudiera crecer en el ángel de tu ira
como una lengua muda que se le escapa al sueño
la ausencia lograría al borde de tu herida
el argumento de lo no creado
si pudiera verte por dentro desnudo de palabras
una luz granizada imantaría distancias
y grabaría la página que se alza en tus latidos
como un número espeso que circula en la sed.
Como ave parte y en señal de fuego llega
de su hueco brotan flores creciendo en brasas
en llama una paloma forma el aire
del sueño mi lengua incendia un astro.
En la flama su raíz conoce el mundo
girando sobre si la llama insiste
en esa música que canción de aire se vuelve.
«Y todo el Nilo en la palabra Nilo»
Jorge Luis Borges
Sin palabras sin pausas sin silencio
el mar en el azul es un Picasso
dentro del fuego de agua que lamina su forma
un astro tembloroso inventando nostalgias
el gris el blanco el negro en su grito
va latiendo en romance va en angustia
a través del ángel y la espada y los enigmas
un caracol de noche un oído de sombras
un lamido de virgen unos labios de miel
una respiración de párpados y nubes
un anónimo un deseo una letra en el ojo
un niño aleonado en su piel de leopardo
un quiero una amapola muriendo de amarillo
una rotunda flor de transparencia
al agua un hongo dulce
un tiempo levantando la música del tacto
una voz un árbol un pleonasmo ambiguo
un esqueleto de aire fundiéndose en la brisa
una savia de alas que elabora la altura
un inmenso mugido una ola en ansias
una tabla llameante que cabecea el presente
un animal desnudo persiguiendo el destino
un salto de potro en soledad
un mundo germinando de carnes y de hierbas
una jauría de cuerpos un hueso aullando
un hilo de sangre girando los sentidos
una melodía que circula en sílabas
un temblor de sienes y un sentir
una furia de cielo y carne niña
un crujido de seda un remolino
una lentitud de mar que gratifica el goce
inmaterialidad de la palabra que anula distancias
un nacimiento continuo un comienzo sin fin
un boceto de lluvia una ciudad
sin palabras sin pausas sin silencio
una mujer desparramada al fuego
un color inédito vibrando en la mirada
un cómo es posible que nadie
un horizonte de voces un laberinto
una fiebre de muslos un acento de noche
una palabra que fluye sin sueño
un nocturno que muere de afrodisia
una noche dilatada en la seducción de su mito
una fábula insomne dilatando la muerte
una violencia muda un combate interior
una ternura que agujerea el instante
un yo quedando en los declives
una ironía que rechina en los dos
un sexo perdido una avaricia amada
un rumor creciendo en lo invisible
un equilibrio de miedo una luna descalza
unos senos donde expira el viento
una mordida un delirio un menudo de danza
un lenguaje de ser en movimiento del alma
un lenguaje una esencia infinita
una plumilla que retoza el lenguaje
un símbolo de voz donde canta el poeta
sin palabras sin pausas sin silencio
una estatua de luz una esfinge de lava
un pensamiento como escena visible y verdadera
una mitología que cede a la vida
y es mito y es vida y es amor
un arte de tu noche y un Picasso.
Nuestro vivir sentido da a la muerte
y en el aire quemado me desgasto
interroga el crear desde su sino
viviendo estoy muriendo de vivir
fugándose mi voz con el deseo
muriendo estoy viviendo de afrodisia
provisional desgarradora oscura
para subir sin alas
la muerte que me vive
es sólo un sueño.
Este sueño sin párpados es un rumor herido
y este aire de vida es un redondo sueño
donde tus ojos ruedan y me siento su dueño
en el agua que juega consumiendo el gemido
Eres mi agua mi fuego mi primera noticia
la pregunta que envuelve la palabra que asoma
su voz hiela en el aire que toma
mi agudo fuego mi mirada en caricia
Húmedo el movimiento de la rosa que silba
goteando desde el alba su vacío.
Este hueco
iba cavando en mí
como con manos
cava el tiempo el lenguaje
escuchándose sin voz
nadando en el eco
de una idea que fluye
palmo bajando
gimiente palabra
del origen.
A mi madre Juanita Alcántara
Meciéndose en agua su mirada
roba una estrella carne de su luz
y el corazón desnudo en la palabra
al imán de la forma define su pureza
cuajando en la raíz del mediodía
su llama de costumbre en los demás
curva el sol sobre el tiempo sus labores
circula en el olvido la memoria del alma
toda la sombra es mundo y el mundo su mirada
y una forma sin mundo es la inocencia
derramado en latidos el viento de tu agua
derritiéndose en vida se desvanece el aire
en el pulso de luz de tu ternura.
«Cuando tus senos alcen
apenas la camisa
te harán madre aunque sigas
siendo niña en el fondo»
A. Zitarrosa
Muchacha en el arroyo de los malos presagios
muchacha con el amor dormido en una hamaca
sacando de los sueños tu alegría
tu epidermis de sueño
tu mundial nacimiento
tu piel con el jabón de olor de un día de Reyes
llevas una provincia de gestos en tu estampa
en tu asombro goteado de dramas y canciones
donde juegan desnudas las caricias del viento
y el monte citadino que se amplía con tu blusa
y esa canela que regalas cada vez que miras
y esa infancia rosada bajándote las medias
donde las plantas del deseo bordan tu aire
la gracia de los niños jugando con la hierba
y esa batalla de pinchos reposando en tu pelo
donde buscándote se vuelve la migaja del mundo
todo el hechizo que ignoran tus miradas
¿Sabes?
“La noche exacta que precede a la última”.
Aime Cesaire“Pues hoy derrama noche el sentimiento”.
Quevedo
El mar está en los ojos de la noche
rumor disuelto de la nada en música
subiendo en la canción al fondo de los sueños
la mirada te moja tu íntima dulzura
en el agua escribe tu origen el crepúsculo
transparente sonido de una forma la luna
instante de eternidad luz de los días
se desparrama en su desmesura
y un pájaro invisible pica el placer de Dios
inmenso seno de las revelaciones
hondo rincón donde el hueso germina
de nubes el vacío abre los labios
luz de carne atada a los rayos del alma
toda alma es un lamento un fin un gozo
el arte está en la melancolía de la noche
pausa donde la novela crea la magia
resbalándose como imagen de hielo
donde imaginas y sueñas y perdonas
el dibujo que te hago en el pecho
para borrarlo consumiéndote hasta el alba
y te elevas rosada como piel de harina
desmoronándote en el goce
donde sube la noche sus niveles de sal
y el deseo te nace como piedra bronceada
noche de mil y una en el trigo que nace de tu noche
punto donde el espíritu y la piel la guerra hacen
entre tu sed y el cuerpo transcurre una agua curva
que vibra extinguiéndose
en el ojo del tigre donde el amor se raya
y se miran pintando los labios que posees
torbellino enroscado en el azar
ladridos de sombra transmiten el sonido
de la vida en un tenso cordón de claridades
y recorriéndole como esperanza nómada
un animal en fuga que estudia la sombra
como suerte crecida que viaja en el río
simple como la culpa y el presagio
lentamente en el fondo peces negros sueñan
relinchos destilados de sus mitos
tan larga la noche que el diamante estalla y se borra
creciendo con la noche de si mismo
noche ciega nacida a flor del alba
donde escuchan los siglos el tacto de la nada
sentimos la palabra perderse en nosotros
y trascender con la noche en el poema
devorada perla que circula en la sangre
una noche podada de otra noche
una sed vencida en otra sed
de lo eterno el punto cero imagina
un verano de Shakespeare una línea de Borges
porque los acaricias con sus llamas la noche
un ave que se quema es la luz inflamada
y en lengua nuestra canta el viento tu forma
al hollarme sigo siendo oscuridad
porque la noche no es alta sino hondo
tierra en que la rosa arde
oyendo en tu temblor de aves
un mundo alterado en tu desnudo
triste luz donde el sexo te muerde la palabra
como un breve disparo que se llena de alas
hiriendo de vuelo los minutos vacíos
limite del gemido parecido a mi boca
donde ondulan del ansia los sonidos
prudencia que diluye círculos de formas
un murmullo tenso y tibio donde la sed se hilvana
la noche lunar donde hormigueo el beso
donde el libro aletea capítulos de agua
hondísimo el pez en el contacto fluye
hélice revelada en que giras tú
verbo donde arde tu desnudo impetuoso
vibrando como raíz mineral o gusto líquido
mi fuego incinera la noche amándola hasta el polvo
universo pensado que se cae de sus bordes
hondura en viaje donde la magia se suicida
en azabaches
como lo estampó Byron para amar se hizo la noche
lienzo en el tiempo de un resplandor de nada
hacia adentro teje la araña los ojos de la noche
que en la ausencia nos miran
hueco frío que sueña en su lecho de voces
en tu mirada cómplice desde esos lagos negros
sueño de muerte donde la luz se funde con tus besos
la chispa crea la llama hace la hoguera
fuego trágico fértil decisivo
en el cráneo del tiempo donde danza la vida
en el deseo que imanta la pasión de la huida
pulmón asimilado por el vuelo
agujero de hojas como voces izadas
liquen de noche en el color de los jardines
hueca la rama imanta el vacío
y a sí misma la noche se sucede
paralela como todas las noches
ésta obedece al clima de tu aire
como una ficción que nos integra al cosmos
inédita en su negro la noche nada en su estilo
toda alma es un lamento un fin un gozo
nos va incluyendo en el portal de ser
la humilde abreviatura del amor
y alzas la vista y escudriñas y lees
la jornada imaginaria que termina en mis labios
la noche nivel donde la luz se alía a la forma
suma donde te vivo y te maduro como tierra que sube
y tus colinas ondulan la música del aire
girando en tus pezones como soplo de noche
esos panales tiernos que saboreo en efusión de vida
donde el cuerpo goza del alma
y en su sustancia espesa uvas negras germinan
encendida en la sobra que la noche resume
sólo tu madrugada ha visto sueños de colores no vistos
el fantasma de fiebre de tu cuerpo llovido
con esa lentitud de las horas quemadas
donde gotea la noche en su íntimo rocío
imantando la piel como época lejana
la emoción mata la noche en la frialdad del ruido
puntualiza el olvido las formas del recuerdo
el silencio se mece en el salto del agua
y una sola es la noche del deleite
y uno solo y eterno es el poema.
Antes de que mi rol encontrara su toga
en los gruesos ribetes de la vida
tú soñaste mi sueño en tu vigilia
mirando en tu recuerdo las grietas de la luna
desde tu voz cansada al agua de la luz
donde la noche se ve desde tu cama
espíritu sereno de la vida
donde se curan todos los veranos
tus zapatos vacíos corrigen mi trabajo
y traen tu imagen de mar de Consuelo de Macorís
y me gusta pisar con ellos la nostalgia
y escribirla como ahora en tu sudor
la tierra sobre el tiempo te va cubriendo de agua
y un haz de transparencia te proyecta ante Dios
se va desparramando en mi garganta
como bandera amada en mi interior
para decir colores que apunta tu conducta
como rosa en su otoño tu entusiasmo prendía
en el latido manso de tus hijos
punto de soledad que imantan tu recuerdo
profunda la luz me suspende en la nada
sobre tu sombra crece un cuerpo
que dibuja futuro y archipiélagos
voy captando tu huella al tacto de la luz
y es amarga la música que define tu fuga
y tiene tu nostalgia cierto sabor de pan
cuando pregunto al tiempo la estancia de tu hacer
y hay una seca lluvia en el olvido
que va opacando el tiempo
tengo un silencio lleno de preguntas
robadas a los ojos de todos mis hermanos
y sílabas se gastan en el erizo mudo de la pena
y las palabras dudan ante el signo
porque hay más vida que tierra en su lenguaje
porque papá llevaba retozos de rocío
en el ángel de agua que nublaba su iris
sostuvo su costumbre hasta el final de tiempo
fuego de oro que arde en la pureza
pasos de mar en un nocturno rojo
deja que en mí palpite como temblor de aves
tu responsable nido
en el reloj tu vida es otra vida
y en las líneas de frío de la palabra
tu voz nos sigue hablando del mañana
más notorio que el día por ser más hondo
caminando en los bordes del amor
en el deseo sin fin del pensamiento.
Ya antaño fue cantada por bardos y juglares
en floridos romances más dulces que mis versos
pero tú, cantor henchido de pensar transparente
le pusiste a la página vendimias olvidadas
ni altar ni linaje ni providencia alada
puede tener más sueño que tu negada lira
donde sólo la luna desciende a tu morada
vibración del instante que se desata en agua
en el torrente lívido que los sentidos ponen
y copulan de frío criaturas repentinas
que sorbo a sorbo tiemblan sus éxtasis extraños
engendrando tus flores en las ventanas húmedas
las corolas del ansia fornican con las piedras
y se aposenta tu alma en los puntos sutiles
y el pequeño poblado que elevaste en tus versos
como un Macondo alzado de tu imagen onírica
se va tornando agreste con el hambre del día
los bosques que se apoyan en el poder del amo
van talando la vida con los pasos del hombre
aunque la melodía se siente en la pradera
las alas invisibles de tu voz pondrán el vuelo
en la fiebre espumosa de tu selva encantada.
Al aire estás y no es el aire
sino una cosa muda que alguien piensa
y susurra en tu piel como un pensar del aire
Es tu voz y no es tu voz
sino un recuerdo en la garganta
que va espigando sueños
en el aire del día
Estas al sol y no es el sol
sino naranjas húmedas que llenan de amarillo
el nocturno día que en redondo se muestra
Con Dios estás y no es Dios
sino el efecto de alas que produce tu fe
llenando de plumas la metafísica del arte
Siento que me miras y no me miras
es una comunión de sentidos donde finge el ojo
oler el tacto de la luz
Tienes la sed del agua y no es el agua
sino un ardor de vida que transparenta el sueño
Al misterio te muestras y no es misterio
sino un árbol que habla desde el verde
aquello que todos ven presente en sus detalles
Me despiertan tus pasos y no son pasos
sino suspensos del alba
de una angustia que piensa
Sientes amor y no es amor
sino un rumor de sangre que respira tu pecho
hasta absorber la savia
que en tu aliento se capta.
??El alma es como una mano??.
Aristóteles
Si estas manos creativas
pirámides que crecen desde el frío
atrajeran tu forma
con su fuerza hacia si
y si la lluvia fuera
una fina fábula
que reconstruye el sueño
y los dedos miraran
coserse el horizonte
en mis yemas rosadas
y se inflamara en el meñique
la tristeza pausa que dora mi ejercicio
aquí la vida
sensación de mis manos
olfateara el suspiro
de tu memoria insípida
Senos peras parecen tus violines
desnudos en mi música los muerdo
como cuerpos en fuga los recuerdo
en la gimiente forma sus delfines
Son la carne redonda de sus curvas
que el sueño toca al aire suspendido
en la música forma del gemido
en el verde sombra de sus curvas
Inclina ya la tarde tus pezones
y a través de la música diluye
el mundo que consiente tus razones
Son formas pero son ondulante caricia
fundiéndose en la página que fluye
como tus dos sentidos de justicia
Al tacto fresco del día mi voz se duerme
y en tibia fiesta el sueño surge
ahora se deshace el punto subrayado
y robo al tiempo todas mis edades
a la deriva recorro la ciudad
y me encuentro a varios siglos del futuro
revelado a los ojos que traspasan descubro
árboles brotando en espiral
unos hombres que me miran extraños
deshojado el aire en perspectiva un rumor se aleja
una calle marchándose en cómputos
del cielo se descuelga una araña
con sus labios de piedra
y una indiferencia transcurre extinguiéndola
las aguas de un estanque copian una antigua glorieta
un astro mira el regreso como un pacto
en el dolor de mí la sombra fuga
desgarra el plano el acto de su fe
y mi palabra se extingue en el universo
de una gota de agua
donde oigo resollar las multitudes
y deseo volver a los brazos amados
al té que mi mamá con gusto
cada día nos brinda
ansía la vigilia la otra orilla
al tacto fresco del día que me ve despertar.
Tibia el alma arde en la brisa
afina el viento su breve latir
en tu cintura sueño a flor de agua
donde una luz seduce
el íntimo retozo de tu vuelo.
Trae la guitarra el día lluvioso
gimiendo hacia adentro en el alcohol
enferma el tiempo su flor
y su barro de sueño enuncia el aire
en un decir de muerte espesos ríos
persiguen sus orillas como una selva hollada
cuando Dios estaba aún azul dentro del hombre
Vencido
como una flor nacida del cansancio
duele mi soledad en el insomnio fijo de una piedra
creciendo desde el viento en el pecho de Dios
como un fulgor de cielo obedeciendo a nadie
en la libre emoción de los dormidos
espacio en blanco donde la muerte reproduce mi caída
con las manos vencidas en lo humano
desangrado en lo íntimo
bajo el agua se mueve mi canción
cayendo desde el fruto que retoña
una huella en el símbolo del alma
como el inicio de un aire fugitivo
donde siembra el reflejo enamorado
aquel cansancio gris deshojando el olvido
duerme una hoja seca meditando su huella
vencido en el latido de tu huida
vírgenes los oídos se ahogan en mi tacto
montado al invisible flujo de la sangre
el canto ondula en flor de gravedad
miradas oyéndose en el iris del eros
desnudo de mi mismo deshojado en la sed
como una noche honda que en transparencia se alza
mares del aire nimban mi voz
y mis alas se quiebran en una vida que no es
iba quedando inútil desde una sombra
iba desmayado en un dejo de sal y de desdicha
sostenido en el olvido que equilibra su círculo en lo
nimbado el pan en el barro la muerte
hincado ante la tarde en el silencio tocando la mirada
del ojo fulminando lo no visto
ante la tierra que de humana siente el puño
despedazado en la vocal primera de mi voz
donde se ahoga el crepúsculo
vencido a la última hoja de un árbol que sueña
en la piedra se balancea mi alma
y es breve el canto y allá donde el mar gime
todo tiembla atrás se vuelve oscuro
acaba de apagarse la estrella donde vivo
caen de los labios las palabras
y hueca la cabeza cuelga arriba
me ahorco en mi lengua y renazco en espíritu
en el deseo del mar en lluvia caigo
mordido por la sombra que puebla esta camisa
erizada en la rueda de mis manos
moviendo las palabras como ríos vencidos
en el frágil concierto de los sueños
y en el flujo de una imagen que cegándose muere.