No fluye sangre de Isla Correyero

No he venido a traerte la violencia que habita en mi
corazón.

No he venido a mostrarte mis ojos despintados y mi último
vestido.

No he venido a distraerte ni a olvidar.

Ni vengo a matarte ni a vivir de tu sombra.

He venido a verte envejecer y a que en tu decadencia me
veas como nunca me viste:

Fría, paciente y azul como un cadáver.