No he venido a traerte la violencia que habita en mi
corazón.
No he venido a mostrarte mis ojos despintados y mi último
vestido.
No he venido a distraerte ni a olvidar.
Ni vengo a matarte ni a vivir de tu sombra.
He venido a verte envejecer y a que en tu decadencia me
veas como nunca me viste:
Fría, paciente y azul como un cadáver.