Cuando en el siglo nueve
Un poeta en Calcidia
Escribió en las paredes de la cárcel
La palabra libertad
Recordé aquella mañana
En que estábamos solos, mirándonos, y el viento
Daba mucho más lejos
Allá donde las olas
En las suaves colinas de Síbaris.
Juré
Que ya nunca
Cuando una mano de hombre
Escribiera en las paredes la palabra libertad
Me sentiría solo
Y te miré a los ojos
Como si todavía fuera adolescente
Y juré
Que nadie perturbaría mi calma
A pesar de las olas
Y de estos momentos en que quisiera
Tenerte entre mis brazos por encima de todo.