Despiadada ciudad

Madre
¿me darás la mano
para cruzar esta calle
atiborrada de basura
y brisa negra?

las farolas me llaman
con palabras revoloteantes

madre
tu fantasma sonríe a la nada
y me invade la sensación de ser el único responsable
de estas calles oscuras
y no hay un borracho que me eche una mano
un perro que me eche una cola
una muerte que me lleve
de regreso a tu vientre

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Inicio

veníamos de mundos haraposos
cargados de peleas y vejigas

nos encontramos en el apretón justo
en el beso preciso

resultó fácil conquistar las cataratas
los fuegos
los venados
la calma

y es que veníamos de mundos desnudos
donde cualquier caricia
podía ser un dios

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Lunes 6

Luna,
laja de aroma.
Ombligo inquieto,
inquietante.
Juguete que no acaba de caer en mis manos.
Luna,
hoja martirizada por hormigas de cal.
Mi dolor está tapando tu luz,
silenciando tu voz de quietud.
Cierta vez quise cortarte para Ella, luna,
colocarte entre sus labios o su pelo,
pero sólo la hubieras convertido en paisaje,
en rupestre arte rupestre.

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Mi dolor

Yo tenía un dolor

Mudó a costumbre

Suele cerrar la puerta a cualquier hora
Juguetea con las canas de la Luna
Hace caer palabras de los árboles
Provoca estruendos en donde solo hay besos
Me lanza desnudo al mundo bajo los agüaceros
Me da de comer del pan que me ha robado
Me besa en la mejilla y jamás dice adiós

De tanto estar conmigo
se me hizo maestro

Qué pena más profunda
que muera como yo

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Pena

Este día me levanté desmesuradamente tarde

Miré mis manos
Indagué mi esqueleto

El horizonte no tenía sentido
El sol tostaba los techos de las casas

En la calle
ni los perros ni los panaderos quisieron relatarme
la manera en que murió el amanece

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Pohema

De berdad nunca importó tu mala ortografía

Si supieras cuánta compañía me hacen tus palabras
Aunque estén detenidas, aunque digan
cada bez menos cosas

Cuánta ternura cosechan
aunque no biba ni una tan sóla “v”
en ellas
haunque hayan haches que huyendo de la horca
se hayan hincrustado a la horilla de hun hadjetibo

Lo himportante es que no te detubiste
a pensar en los herrores
y eso no les quitó el rostro ni el llanto ni el fuego
a tus palabras.

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Por La Noche

a Roberto Armijo

El poeta en la noche eternamente extranjera
irrumpe con su lámpara de serena amargura

Sonríe a los mendigos
Sonríe a los murciélagos
Sonríe al millonario que casi lo atropella

Su lámpara se aviva
pero nadie la escucha

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Preñez

enterré mi testamento en tu vientre
ante la incertidumbre de los murciélagos
que no captaron la transfusión de palpitares

(cuando exhalabas mis huesos
el Universo
se hizo miles de versos
y viceversa)

con un chorro de sangre y de viento
toqué tu frente de barro
para iniciar el ritual
de la melodía

luego
buscamos la llamita verde
de todos los orígenes
e hicimos la luz

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Qué suerte que tu falda sólo tapa tu sexo

y no tu boca
porque así puedo adivinar las historias
que un beso desdibuja

Qué suerte
porque tapa tus nalgas
pero deja al descubierto tu mirada

Qué suerte
porque sus cerraduras no detienen al viento:
lo que tu falda prohibe lo inventa mi deseo

Qué suerte que tu falda
sólo tapa tu cuerpo sólo ciñe tu talle
sólo insiste en misterios

Qué suerte que tu falda
no te tape de mí.

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Retrato A Cierta Hora

a Dalia, por salvarme con una manotazo de poesía.

¿Acaso se puede vivir con las gavetas vaciadas, el pelo revuelto,
la sombra marchita?

Soy un perro
poseo únicamente mi dolor
y todas las calles de la tierra

No ladro
Unicamente muerdo
No tengo pulgas no ardo en jiote el moquillo
no podrá acabar con mis días

Soy la muerte y no necesito de disfraces

No orino las paredes:
Orino el dinero de la gente
Las costumbres de la gente
Las máscaras de la gente

¿Acaso se puede morir cuando se es dueño
de un planeta entero?

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Sal

Tomo la sal entre mis dedos y siento enjambres de hombres remontar parajes asesinos
atravesar oceános de infinitas incertidumbres

La sal
con toda su blancura
no pronuncia la sangre vertida tras su aroma de mar
nunca invoca la paz
muy al contrario
se devela mortaja sobre el cabello de las santas mujeres

La sal es cruel
Esther lo sabe en lo que aún le queda de corazón

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Se busca

pero carece de un retrato
que la haga imaginable a los sentidos

Es de la estatura de la palabra hermano
cuando la lluvia se techa de prodigios

Su seno izquierdo es una luna que renegó del cielo
y el cielo es su otro seno

No tiene nombre fijo:
A veces es torrente
a veces libertad
a veces huella

Es tan cristiana que ama a un pobre ateo

Un secreto acecha su cintura

Sus pantalones no la dejan salir
a pervertir su desnudez en mis harapos

No sabe de qué lado gotea la poesía
pero acaricia un espejismo que de sus brazos
se desliza frutoso entre sus piernas

Si alguien la encuentra no será viva o muerta
Si alguien la encuentra no obtendrá recompensa
Si alguien la encuentra ojalá y que la pierda

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Solar

Es que era un pequeño paraíso
donde reía el maíz y cantaban los arriates
donde había una cueva estelar de adobe y albahaca
donde llorábamos al mirarnos desnudos
brillando con los salpiquetes de luz
con que nos enluzaba la luna
donde la puerta hacía crac y caía
y tú decías te amo y me caía
y nos amábamos y el cielo
se caía.

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Sosiego

para Matilde Elena López,
como un asunto del corazón.

Hoy quisiera recuperar el tiempo perdido:
años, meses, años,
días y momentos.

De haber culminado con éxito mi fuga del hogar
cuando a los once me emboscaron hormonas y edenes
mi nombre hubiera quedado apretujado en listados mugrosos de policías sin escrúpulos ni madre
y el sinuoso Beethoven hubiera perdido un amante para sus sonatas

No hubiera tenido hijos:
me los hubiera comido.

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Te devuelvo los pájaros del pecho

Te devuelvo los pájaros del pecho
te devuelvo tus cartas (sin palabras)
te devuelvo los pies sobre la tierra
te devuelvo tus sílabas secretas

te devuelvo las llaves de mi sueño
te devuelvo el placer que bautizaste
te devuelvo lo que me fió tu vientre

te devuelvo el sudor del cubrecama
te devuelvo el olor de los jazmines

te devuelvo el zapato que tiraste

Devolveme la calma

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Viernes 18

Cierro el tema de tu falta de existencia.
Abro, en cambio, los libros, la tarde, las piernas
de tu mejor amiga. No acepto adjetivos para esto.
Simplemente me voy quedando solo, lo que me rodea lo hace
con el claro propósito de abandonarme, de asfixiarme
con mi propia sangre, de llevarse mi aire, mis besos, mi piel
y mis cordales lo más triste posible de donde yo navego, de
donde
vos amás, de donde ya no soy más que el miserable
que lo haperdido todo para poder sentarse
en un ladrillo lleno de musgo a escribir tu nombre
que maldigo, a dibujar
tu cuerpo que con rabia deseo.

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Voy a romper la noche hasta dar con su aroma

Voy a prenderme de sus maldiciones
Necesito tocarle
hacer de este huracán semilla o sangre
emprender los caminos de regreso
hasta la incierta estación
de su cuerpo de espiga diseminando desnudeces
Traerla a este pecho que orinó las banderas de la pureza
Frotarla a este penacho donde escribe la tierra
sus condenas
su ojo en jabalí su milagro floreciendo en la miseria
su champa de placer la lava destructora de fronteras
Acercarla al temblor de mis hogueras
que me estreche esta piel hecha zarzales
Herime Cobijame
Este amor va gritando lunas mustias
y la muerte ronda el cenit de mis hambres

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ZJDFOTJBJKO

Amar es coincidir

Bajar del autobús y que la lluvia
salude con tu aroma

Buscar medicamentos
y encontrar el botiquín
repleto con tus versos
Tomar un verso, un beso.

Eso acaricia

Y sana

El desamor es no dar chance a la quietud

Es no coincidir
en que el amor es tan sólo
un sueño

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Niña dibujando

A Jennifer

Tu mundo de árboles cometas y
castillos
máscaras flores y caminos
es también el mío, Jennifer.

Tú tripulas pompas de jabón
que a mí se me rompen demasiado pronto
y sueñas con tu traje de encajes
de cuando seas señorita
mientras que a mí
el traje de hombre que soñé
me queda a veces demasiado grande.

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Buscaremos a los dioses

Tú que sabes del tibio acento de las plumas
y del calor infinito escondido en la nieve
trata de penetrar en este vago porvenir de sueños
en prodigio de savia o rosa adolescente.

Recuerda que aún debajo del laurel
está la axila resplandeciente de un cuerpo lejano;
y encima del labio hay un sonido eterno
a muerte o esperanza calcinada.

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Cuerpo o sonido

Toda a los labios son estrellas
en este antiguo amor,
en este gastado roce silencioso;
y las cabelleras quisieran ser bosques
o corazones implorando rostros

Todavía hay horizonte en el goce de unos ojos
y no escapan lunas ni mareas
al golpe sombrío de unas voces.

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En busca del designio

Buscad
labios perdidos,
lejos del eco imaginario
que despiertan unas plumas.

Buscad
corazones que saluden,
más allá del parpadeo
que nos une a la rosa.

Buscad la luz
más allá de los designios del alba,
en el rostro de unas voces desveladas
que subliman las últimas violetas.

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Eres el anochecer

Allí donde comienza el silencio,
estás tú,
toda deseo, toda extensión
como hierba o álamo solo
que recoge el instante puro de unos sueños
en la triste, tan triste presencia de unas manos sin venas,
blancas y solitarias como el dolor,
blancas y pausadas como el olvido mismo.

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He visto

He visto atardecer tu rostro
en el desvío de unos labios
y al brillo del jazmín.

He visto como a pesar de tu aparición
sobre los cuerpos,
piensas en el fuego y la sangre confundidos.

He visto
que para tu silencio no bastan soledades
ni voces destruidas
y que en un llanto sostienes
las vigilias del alba.

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Huida del cuerpo

Recorriendo tus labios busco en cada beso
un sonido a flor o vena consumida,
amoroso afán de un corazón vacío.

En cada brazo que tristemente gime
un pájaro silencioso muere en tus dedos;
anhelando aéreo, fugitivo
esa catarata de cabellos deshechos
en ruidos de olvido.

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La muerte está en el olvido

Tengo estos huesos hechos a las penas.
MIGUEL HERNÁNDEZ

Este cuerpo ya sobra en el olvido
de un aéreo silencio vibrador
donde los años llegan con rumor
de arterias aplacadas sin sonido.

Esta tristeza devuelve el dolor
de unos muslos ausentes y perdidos
tal espuma interpretada en sabor
a sangre y labios consumidos.

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Moriré en el sur

Háblame de tus venas
y la espuma amarillenta de las lágrimas.
Háblame del torrente salobre
que los dioses desdeñan.

Escucha la marcha de la muerte
en un silencio hermoso
como la delirante soledad de una tormenta.

Háblame de la estrella rota en la lluvia
y del espejo erguido en el murmullo
de un cuerpo sin melodía.

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Mujer dormida

Estás sola en la playa,
bienamada,
y tu cuerpo acariciado por los vientos
recuerda la espuma sollozante.

Estás sola, mas en tu soledad
virgíneos te rodean los sueños,
y esa arquitectura tentadora del mar
nimbando olas tal cuerpos poseídos.

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No hay instantes solos

La noche comprende esa música total
de la boca creciendo en el tiempo.

Por eso,
nunca estamos solos,
corazones ignorados,
porque siempre una estrella nace en círculos
deslizándose en la geometría de las manos,
y la noche nos ubica como la sangre perdida
que la pupila no entiende.

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