Éter

(Fragmento)

Cuatro nariguetazos y estoy hecho,
De calzoncillos en la cama,
algodón blanco en la mano izquierda,
arquetipo de degenerado,
gusto sangriento en la boca
de la Silla del Dentista,
música, eructos sonoros de la Eternidad
una lechuza con lentes borroneando papeles en la
fría oscuridad

Todo el tiempo el sonido en mis oídos
de los ómnibus abajo
-tos de paragolpes de taxis – chirrido de calles-
Risa y disparos de pistola produciendo ecos
en todas las paredes
goteras y tics de neón -la voz de Miríades
de pistoleros de la Sartén, de la Mente
todos los gorjeos que los grillos han creado
sonando contra mis oídos en el
instante antes de la inconsciencia
antes,
de la caída de lágrima en el ojo por venir,
el Mied0 de lo Desconocido

Uno todavía no sabe si Cristo fue
Dios o Demonio
Buda tranquiliza más

¡Y sin embargo los experimentos deben continuar!

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La balada de los esqueletos

Dijo el esqueleto Presidencial
No firmaré el proyecto
Dijo el esqueleto Vocero
Sí lo harás

Dijo el esqueleto Representativo
Objeción
Dijo el esqueleto Corte Suprema
¿Qué esperabas?

Dijo el esqueleto Militar
Comprad bombas estrellas
Dijo el esqueleto Clase Alta
Hambread a las mamis solteras

Dijo el esqueleto Yahoo
Parad el arte obsceno
Dijo el esqueleto Derecha
Olvidaos del Corazón

Dijo el esqueleto Gnóstico
La Forma Humana es divina
Dijo el esqueleto Mayoría Moral
No, no lo es, es mía.

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La inteligencia brillante

Emigra de la muerte
para hacer un signo de Vida nuevamente en Ti
fiero y bello como un accidente de autos
en la Plaza de Armas

Juro que yo he visto esa luz
No dejaré de besar tus mejillas
cuando cierren tu ataúd
Y los humanos de duelo vuelvan a su viejo
y cansado sueño .

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Lamentación del sin techo

Perdona, amigo, no quise molestarte
pero volví de Vietnam
donde maté a un montón de caballeros vietnamitas
algunas damas también
y no pude soportar el dolor
y de miedo cogí un hábito
y pasé por la rehab y estoy limpio
pero no tengo lugar donde dormir
y no sé qué hacer
conmigo ahora mismo

Lo siento, amigo, no quise molestarte
pero hace frío en la calle
y mi corazón está enfermo solo
y estoy limpio, pero mi vida es un desastre
Tercera Avenida
y calle E.

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Mente mariposa

La mente es como una mariposa
que se posa sobre una rosa
o revolotea en un montón de heces hediondas
baja en picado a un autobús exhausto
o descansa en el porche, en una silla, una flor respirando
-abierta y cerrada balanceando brisa de Tennessee-
Vuela a Texas a un congreso
salta por la maleza en campos petrolíferos
Algunos dicen que estas alas de arco iris tienen alma
otros dicen que son cerebro vacío
alas diminutas automáticas con grandes ojos
que se fijan sobre la página.

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Muere dignamente en tu soledad

Viejo hombre,
Yo profetizo recompensas

Más vastas que las arenas de Pachacamac
Más brillantes que una máscara de oro martillado
Más dulces que la alegría de ejércitos desnudos
fornicando en el campo de batalla
Más rápidas que un tiempo pasado entre la noche
de vieja Nazca y la de Lima nueva
en el crepúsculo
Más extrañas que nuestro encuentro cerca del palacio
Presidencial en un viejo café
fantasmas de una vieja ilusión, fantasmas
del amor indiferente.

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Muerte a la oreja de Van Gogh

El poeta es sacerdote
El dinero ha atravesado el alma de América
El Congreso ha roto a través del precipicio de la Eternidad
El presidente ha construido una máquina de guerra que
vomitará y sacará a Rusia desde Kansas
El siglo Americano traicionado por un Senado enloquecido
que ya no duerme con su mujer
Franco ha asesinado a Lorca, el hijo marica de Whitman
Así como Maiacovski se suicidó para evitar a Rusia
Hart Crane, el distinguido platonista, se suicidó para cavar
en la América perdida
Así como millones de toneladas de trigo humano fueron
quemadas en cavernas secretas de la Casa Blanca
Mientras la India se moría de hambre y gritaba y comía
perros locos llenos de lluvia
Y montañas de huevos eran reducidos a polvo blanco en
los pasillos del Congreso
Ningún hombre con temor a Dios caminará allí de nuevo
debido al hedor de los huevos podridos de América
Y los indios de Chiapas continúan mascando tortillas sin vitaminas
Y los aborígenes australianos tal vez murmuran en el desierto sin huevos
Y yo raramente como un huevo en el desayuno a pesar que mi trabajo
Requiere infinitos huevos para renacer en la Eternidad
Y los huevos deben ser comidos o entregados a sus madres
Y el dolor de incontables pollos de América se expresa en
los gritos de sus comediantes en la radio
Detroit ha construido un millón de autos de árboles de caucho y de fantasmas
Pero yo camino, camino y el Oriente camina conmigo y toda el África camina
Tarde o temprano Norte América caminará
Porque así como nosotros hemos alejado al Ángel Chino
Él va a echamos de la Puerta Dorada del Futuro,
No hemos cultivado la piedad en Tanganika
Einstein vivo fue insultado por su política de paraíso
Bertrand Russell echado de Nueva York por dejarse fornicar
Y el inmortal Chaplin fue alejado de nuestras costas con una rosa en los dientes
Una conspiración de la Iglesia Católica en los lavatorios del Congreso
ha negado anticonceptivos a las masas sinfín de la India.

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Palabras celestes

El alba encandila el ojo
Sirenas rasgan el cielo
Cláxones de los taxis retumban en la calle
Bocinas rotas de coches balan balan balan

El cielo está cubierto de palabras
El día está cubierto de palabras
La noche está cubierta de palabras
Dios está cubierto de palabras

La conciencia cubierta de palabras
La mente está cubierta de palabras
Vida y muerte son palabras
Las palabras están cubiertas de palabras

Los amantes están cubiertos de palabras
Los asesinos están cubiertos de palabras
Los espías están cubiertos de palabras
Los gobiernos cubiertos de palabras

Gas mostaza cubierto de palabras
Bombas de Hidrógeno cubiertas de palabras
«Noticias» del mundo son palabras
Las guerras están cubiertas de palabras

Policía secreta cubierta de palabras
Hambre cubierto de palabras
Huesos de madres cubiertos de palabras
Niños esqueléticos hechos de palabras

Los ejércitos están cubiertos de palabras
Dinero cubierto de palabras
Altas Finanzas cubiertas de palabras
Junglas de pobreza cubiertas de palabras

Sillas eléctricas cubiertas de palabras
La multitud que grita está cubiertas de palabras
Radios tiranas cubiertas de palabras
El Infierno televisado, cubierto de palabras

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Tema objetivo

Es cierto que escribo sobre mí mismo
¿A quién otro conozco mejor?
Dónde se juntan más sangre rosas rojas y basura de cocina
Qué más tiene mi grueso corazón, hepatitis o hemorroides-
¿Qué otro vivió mis setenta años, mi vieja Naomi?

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Abedules

Cuando veo abedules oscilar a derecha
y a izquierda, ante una hilera de árboles más oscuros,
me complace pensar que un muchacho los mece.
Pero no es un muchacho quien los deja curvados,
sino las tempestades. A menudo hemos visto
los árboles cargados de hielo, en claros días
invernales, después de un aguacero.

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El camino no elegido

Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo,
Y apenado por no poder tomar los dos
Siendo un viajero solo, largo tiempo estuve de pie
Mirando uno de ellos tan lejos como pude,
Hasta donde se perdía en la espesura;

Entonces tomé el otro, imparcialmente,
Y habiendo tenido quizás la elección acertada,
Pues era tupido y requería uso;
Aunque en cuanto a lo que vi allí
Hubiera elegido cualquiera de los dos.

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El pastizal

Voy a limpiar el arroyo, en los pastos…
Sólo rastrillaré las hojas secas.
(Y quizás me detenga hasta ver clara el agua.)
No, no tardaré mucho. -Ven también.

Voy a buscar el lindo ternerillo
que se apoya en su madre.

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El potro desbocado

Tiempo ha, cuando la nieve empezaba a caer,
nos detuvimos junto, a unos pastos… ¿De quién será
aquel potro?», dijimos. El pequeño Morgan había
puesto una pata delantera sobre el muro de piedra
y la otra sobre el pecho, encogida. Agachando
la cabeza, nos contempló un instante y huyó.

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El teléfono

«Cuando hoy me hallaba yo lejos de aquí,
paseando sola,
quieta y tranquila
era la tarde.
Sobre una flor incliné mi cabeza
y oí tu voz.
¡Oh, no digas que no, porque entendí…!
Me hablaste desde aquella flor que está en la ventana.

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Fuego y hielo

El mundo acabará, dicen, presa del fuego;
otros afirman que vencerá el hielo.
Por lo que yo sé acerca del deseo,
doy la razón a los que hablan de fuego.
Mas si el mundo tuviera que sucumbir dos veces,
pienso que sé bastante sobre el odio
para afirmar que la ruina sería
quizás tan grande,
y bastaría.

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Lo más próximo

Pensó que a solas podía captar el universo entero;
Pero la única voz que obtuvo por respuesta
Fue el falso eco de sí mismo
Que procedía del precipicio,
al otro lado del lago.

Una mañana, desde una roca de la playa,
Clamó que lo que él quería en la vida
No era una mera copia hablada de su propio amor
Sino un amor correspondido, y con voz propia.

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Siega

En la linde del bosque no había más sonido
que el leve cuchicheo de una larga guadaña
hablando con la tierra. No sé qué le diría.
Quizás le contaba algo sobre el calor del sol,
o quizás algo acerca de aquel vasto silencio,
y por esto su voz no era más que susurro.

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Conversación galante

Yo observo: «¡Nuestra amiga sentimental, la luna!
O quizás (es fantástico, confieso)
puede ser el globo del Preste Juan
o una vieja y abollada linterna colgada en lo alto
para alumbrar a los pobres viajeros en su angustia».
Y ella entonces: «¡Cómo divagas!»

Y yo entonces: «Alguien urde en las teclas
ese exquisito nocturno, con el cual explicamos
la noche y el claro de luna; música que agarramos
para materializar nuestra propia vacuidad».

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El primer coro de la roca

Se cierne el águila en la cumbre del cielo,
el cazador y la jauría cumplen su círculo.
¡Oh revolución incesante de configuradas estrellas!
¡Oh perpetuo recurso de estaciones determinadas!
¡Oh mundo del estío y del otoño, de muerte y nacimiento!
El infinito ciclo de las ideas y de los actos,
infinita invención, experimento infinito,
trae conocimiento de la movilidad, pero no de la quietud;
conocimiento del habla, pero no del silencio;
conocimiento de las palabras e ignorancia de la palabra.

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La canción de amor de J. Alfred Prufrock

Vamos, tú y yo,
a la hora en que la tarde se extiende sobre el cielo
cual un paciente adormecido sobre la mesa por el éter:
vamos a través de ciertas calles semisolitarias,
refugios bulliciosos
de noches de desvelo en hoteluchos para pernoctar
y de mesones con el piso cubierto de aserrín y conchas de ostra,
calles que acechan cual debate tedioso
de intención insidiosa
que desemboca en un interrogante abrumador…
Ay, no preguntes: «¿De qué me hablas?»
Vamos más bien a realizar nuestra visita.

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Los hombres huecos

I
Somos los hombres huecos
Los hombres rellenos de aserrín
Que se apoyan unos contra otros
Con cabezas embutidas de paja. ¡Sea!
Ásperas nuestras voces, cuando
Susurramos juntos
Quedas, sin sentido
Como viento sobre hierba seca
O el trotar de ratas sobre vidrios rotos
En los sótanos secos
Contornos sin forma, sombras sin color,
Paralizada fuerza, ademán inmóvil;
Aquellos que han cruzado
Con los ojos fijos, al otro Reino de la muerte
Nos recuerdan -si acaso-
No como almas perdidas y violentas
Sino, tan sólo, como hombres huecos,
Hombres rellenos de aserrín.

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