Amanecí más triste que la tristeza
con la vida pesándome en el pecho
sin ganas de inventar esperanzas
es que Dios me ha creído piñata
a cada palazo le devuelvo un dulce
que juego más cansado
Amanecí más triste que la tristeza
con la vida pesándome en el pecho
sin ganas de inventar esperanzas
es que Dios me ha creído piñata
a cada palazo le devuelvo un dulce
que juego más cansado
Los viajes virtuales me gustan
pero a veces prefiero viajar sobre mis zapatos
gastarles la suela al recorrer la vida
oler la lluvia cuando se acerca
pasar por un café y sentir el olor que embriaga
disfrutar la ternura que me queda
cuando oigo reír a los niños
sentir el corazón con su percusión precipitada cuando hago el amor
o la flauta triste que suena en mí, cuando lloro
Viajar con mi mochila de ingenuidades al hombro
intentando ser libre
con las gafas de sol
para no mostrar a todos
el aguijón del dolor
y el misterio de los gatos que llevo en la mirada
Un gato mira al cielo, persigue mariposas en su imaginación electrónica
las nubes de esta tarde me importan poco
no hay nada de sublime ni cursi en el horizonte
me parece terrible lo vulnerable de la vida
nadie esta seguro sobre sus propios pies
no me gusta imaginar que estamos atrapados en un tiempo sin control
que un demonio con sus garras nos encierra
parece maldición legendaria
Como combatir a los monstruos de la historia y vencerlos
sin transformarse en su reflejo
ingenuamente David venció a Goliat
este texto parece final de fábula y no me gusta la receta
pero con todo este amor rabioso
liberaremos nuestros templos personales
la dignidad que sacie el hambre
por hoy,
aquí les va mi bomba incendiaria de fe
en esta batalla de poesía
sin guerra el triunfo lo estamos ganado
construyendo la paz.
Viens-tu du ciel profond
ou sors-tu de I´abime
O beauté?
Charles Baudelaire
Hojas de parra
recorren tu espalda.
Descienden
insinuantes
tentadoras.
Se detienen
justo donde dos colinas
alucinan
embriagan.
A distancia
no se puede vencer
tanta belleza.
Colgada de mi cuerpo
contactas mis tetillas
¿quién evolucionó
la flor o el colibrí?
Abeja reina
te dispones para el festín
el mismo ritual
desde que Eva
se regocijó con la serpiente.
Se aproxima
la eucaristía
y los dones del Espíritu Santo.
Vigilo tu cercanía
te acecho
te cerco.
…Caes en la trampa…
Cuando ya no queda nada
percibo ese olor a albahaca
entre las sábanas.
Posada en mi ombligo
recuerdas el mar
y al delfín chapoteando.
Vestido con algas marinas
emerjo
para ofrendarte
la florifundia
que me nace.
Adviertes
su atrayente vaho.
Hipnotizada la tomas
para alucinar con ella.
Tu sombra me posee
cuando evoco
el origen del placer.
Johanna Godoy
Sudor y jadeos
cabalgan esta danza.
Me quiebro
buscando soles de medianoche
libando pistilos.
Astuto abejorro
eriza tus estambres.
…Me ofrecí sin deuda alguna…
permití
que tus nardos
me calaran.
Lumbrera genésica
añoranza tórrida
¿a quién amamantas ahora?
Queda este vestigio
en donde la quimera
vulnera los sueños de Onán.
En una esquina
un piano y una jaula
decoran el espacio
De vez en cuando
el piano toca mi existencia
tornándola
incrédula
atormentada
La jaula
abre su puerta
por voluntad propia
la habito
Me dejo llevar
por ese olor a jazmín.
Profetiza la demencia
que padeceré.
Mientras
me hundo en la caverna
donde brotan rosas desnudas.
Es tiempo de encerrar
el alma
los susurros
la ternura
Sus ojos
trazan mapas
donde no aparezco
Flor profunda
perfumada de canela
abismo carnoso
bebo tu olor.
Perplejo en tu creación
salto al vacío
donde aquietas
mis convulsiones.
Disponiendo conocerte
abrí tus brazos en cruz
-cristo de mis pasiones-
Dina Posada
Desabrocha mis brazos
prueba conmigo
las hierbas amargas.
Conserva la verdad
la cima de mis muslos
y la razón
porque muero.
Viaje a la memoria
Óleo de Milagro Quiroa
Consumido
por tu adicción a mí
trato de recuperar la memoria
volver de ese viaje
donde confluyen
dolor y deleite
ternura y odio
incienso y mirra
vida y muerte.
La lluvia se prolongará
seguramente
estaré despierto
sintiendo como cada gota
convierte mis ganas en cenizas
Quien sabe
si también mueras incendiada
Latíamos distantes
A veces la luna
alumbraba los callejones
por donde aullábamos
Ocultábamos las alas
y ronroneos de gatos
Detuvimos el paso
Los árboles callaron
Nos vimos
y se quebraron los vidrios
de todas las ventanas
Un atajo de luceros
tengo en el vientre.
El sol de mi boca
te espera nervioso
mientras comienzas a brotar
justo en mis pies
asfixiante enredadera.
Han crecido
en la punta de tus senos
matas de tomillo
me arrastra indagar
a qué huele
el resto de tu cuerpo.
Mis manos
dibujan monarcas
cansadas de volar
Pongo flores en mi mesa
te espero…
los colores tienden a marchitarse
y vuelvo a sentir
tus uñas en mi espalda
En el silencio de las rosas
reposan tus deseos.
Donde aprendieron
a llorar los sauces
surge
el rastro de tus pestañas
y el borde de tus labios.
Yo, sándalo
anhelo ungirte.