Ya es la estación de las rosas:
El corazón renaciente,
anuncio heráldico siente
de libertades preciosas.
Tengo ideas primorosas,
de locuras sed ardiente,
desafiando irreverente
del Korán reglas famosas:
En la dulce compañía
de la dilecta alma mía
libar el néctar carmíneo;
y el resto, el suelo al ungir,
tapiz rojo hará surgir
para su pie apolíneo.